Las calles de la colonia Iztaccíhuatl, ubicada en el municipio de Cuautla, no han vuelto a lucir como antes luego de que la población alertara sobre la llegada de supuestos grupos delictivos, que buscarían obligar a los comerciantes locales a pagar hasta cinco mil pesos mensuales a cambio de seguir trabajando sin ser perjudicados, mediante el llamado "cobro de piso".
Y fue entonces cuando los padres de familia dejaron de mandar a sus hijos al kinder "Mazatl", en cuya entrada, afirman los habitantes, habría aparecido la amenaza escrita en una cartulina y colocada a la vista de todos.
Los testimonios de los pobladores indican que tras el retiro de ese aviso, los directivos del plantel convocaron a una asamblea general para apaciguar el temor que había llevado a los padres a hacer que los niños dejaran de ir a la escuela, en busca de que la calma se restableciera en un clima de seguridad que es cada vez más limitante para las familias.
* Autodefensa, la última salida
El aspecto de las calles de la Iztaccíhuatl ha cambiado radicalmente en sólo unos meses. Ubicada en la periferia de Cuautla, donde es más probable que se asiente el crimen por la distancia que guarda con el centro de operaciones de seguridad que se aglutinan en las colonias cercanas al Centro, más activo en lo que se refiere a vigilancia policiaca, los habitantes de esa colonia han dejado de salir a las calles, lo que le ha dado a la localidad el aspecto de un pueblo fantasma.
Pero a pesar de que las calles hoy lucen prácticamente vacías, el hecho de que los vecinos se resguarden en sus hogares no significa que estén desorganizados. Siguen comunicándose. Y tal como ha ocurrido en otros puntos de la región Oriente de Morelos, los pobladores han decidido restablecer la justicia y la seguridad con sus propias manos.
"Somos los vecinos de esta colonia, somos más y rechazamos la delincuencia. Si lo dudas, atrévete", se lee en una de las mantas que fueron colocadas en respuesta a las amenazas de los grupos de extorsión, una de ellas en la entrada del jardín de niños "Mazatl". Otra en el acceso principal a la colonia. Y otra más en una calle principal.
De manera anónima, para proteger su seguridad, varios habitantes coincidieron al hablar del temor con el que buscan seguir haciendo su vida en tales condiciones, donde los niños parecen ser las víctimas más accesibles. "Las cosas están muy feas por aquí, ya no dejamos salir a nuestros hijos, y si los adultos salimos tratamos de regresar a buena hora a la casa", dice una habitante, madre de dos niños, después de regresar de hacer sus compras en el centro de Cuautla.
Por su parte, los pocos comerciantes que siguen haciéndole frente a la vida gracias a sus negocios, han empezado a colocar rejas al interior de sus establecimientos, tratando de ponerle una barrera a las extorsiones.