AVANCE. Tiene 90 días para realizar consultas internas sobre los posibles cambios ◗ El 16 de agosto comenzarían las primeras rondas de negociación, calcula Robert Lighthizer, representante comercial estadunidense
El presidente estadunidense, Donald Trump, envió la notificación al Congreso de su país sobre la intención de iniciar las renegociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLC), con lo cual iniciará un plazo de 90 días para establecer las primeras rondas de negociaciones. México y Canadá afirmaron estar listos para este proceso.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, estimó que las rondas de negociaciones iniciarán el 16 de agosto y su país publicará sus objetivos específicos sobre el TLC 30 días antes de que comiencen las rondas. La unión americana espera mantener la actual estructura trilateral del acuerdo: “Hay valor en hacer que la transición a un TLCAN modernizado sea tan fluida como sea posible”, dijo el funcionario. Esto es algo que México ha defendido también ante rumores de que EU pretendería dos tratados bilaterales para dividir las negociaciones con sus actuales socios.
Lighthizer reconoció que el TLC ha sido “relativamente exitoso” para ciertos sectores de la economía estadunidense, como la agricultura, los servicios de inversión y la energía. Sin embargo, agregó que el acuerdo es insuficiente en temas como comercio digital y propiedad intelectual, así como en los asuntos laborales y ambientales. El periodo de 90 días servirá para que Estados Unidos lleve a cabo consultas internas sobre los posibles cambios al acuerdo.
“El gobierno de México se congratula por la notificación de intención del gobierno de Estados Unidos a su Congreso para iniciar negociaciones con México y Canadá. Se trata de un paso importante en los procesos internos de Estados Unidos para modernizar el Tratado”, indicó a su vez la Secretaría de Economía (SE).
Por su parte, Canadá afirmó que defenderá sus intereses en la futura renegociación del TLCAN con Estados Unidos y México, de acuerdo con su ministra de exteriores, Chrystia Freeland.
“Estamos firmemente decididos a favorecer el libre comercio en el continente norteamericano y a hacerlo de forma tal que toda la población canadiense se beneficie”, dijo la ministra en un comunicado. Prometió consultar a las provincias, territorios, comunidades, sindicatos y empresas de su país para “examinar las prioridades”.
En febrero de este año, México inició un proceso de consultas para conocer las propuestas de diferentes industrias, por lo que el país también está preparado para iniciar las negociaciones, de acuerdo con la SE.
La dependencia destacó que los países de América del Norte merecen un instrumento moderno que regule su relación comercial, por lo que México reafirmó su voluntad de actualizar el TLC para hacer frente a los retos de esta era. El gobierno federal busca incluir a las industrias de comercio electrónico, energético y de telecomunicaciones en la renovación del acuerdo.
“El acuerdo trilateral ha sido de inmenso beneficio para todas las partes. México espera un proceso de negociación constructivo, que permita aumentar la cooperación y la integración económicas y fomentar la competitividad regional”, añadió la dependencia que comanda Ildefonso Guajardo.
La reciente ratificación de Robert Lighthizer como representante comercial de Estados Unidos abrió la puerta para que ese país enviara la notificación a su Congreso; Lighthizer será el representante y líder del grupo de expertos negociadores por parte de la Unión Americana.
“Si bien nuestra economía y empresas han cambiado considerablemente, el TLC no lo ha hecho. La mayoría de los capítulos están claramente obsoletos y no reflejan los estándares más recientes en los acuerdos comerciales de Estados Unidos”, comentó Lighthizer a periodistas.
Estados Unidos argumenta que el TLC ha sido poco favorable para su economía, ya que ha restado empleos en las fábricas y en 2016 generó un déficit comercial de 62 mil millones de dólares: “Industrias como la manufacturera se han rezagado, particularmente con respecto a México”, dijo Lighthizer.
“Cuando perdemos instalaciones de manufactura, perdemos los miles de empleos bien remunerados asociados con esas instalaciones, lo cual afecta directamente a los estadunidenses de clase media”, agregó.