“Soy de los que lamentan y condenan ese tipo de expresiones [discriminatorias] del aspirante republicano Donald Trump, lastiman la relación con EEUU”, afirma en tono seco, duro, el presidente Enrique Peña Nieto. A poco más de la mitad de su mandato, ofrece un balance de la situación del país. No rehúye temas: la crisis de Pemex, El Chapo, Ayotzinapa, violaciones a los derechos humanos, el Mando Único, 2018 y la Casa Blanca. Su gobierno, enfatiza, se ha propuesto “romper barreras y ataduras que impiden ir a un mayor paso” en favor del desarrollo de México. Considera que “haber logrado 13 reformas estructurales, producto de un pacto entre las principales fuerzas políticas del país, es algo único, que no había ocurrido, que no estaba ni siquiera pensado”, y cuyos “muchos beneficios ya se empiezan a apreciar”. Asegura que de no haberse hecho la reforma fiscal, hoy, ante la caída de los precios del petróleo, el gobierno hubiese tenido que hacer un ajuste mayor, “quién sabe de qué orden y magnitud”. Afirma haber actuado con responsabilidad al recortar el gasto público para evitar recurrir a una mayor deuda o nuevos impuestos. Admite que el desplome del mercado petrolero afecta la reforma energética, pero sostiene que ésta “tiene un enorme potencial para que México sea una gran nación productora de hidrocarburos y de energías limpias”. El mandatario rechaza categórico “la reiterada percepción” de que el país vive un mal momento económico y pondera: “Tenemos un momento de estabilidad”. “Somos una economía emergente, pero tenemos indicadores que nos permiten ver que está avanzando; tenemos una economía que está creciendo, que se contrasta con la mayoría de los países del mundo que no están creciendo”. Afirma que la situación de Pemex tiene solución, y explica: “No es que Pemex tenga de por sí una enorme crisis. Creo que está viviendo la crisis, el problema y los retos que cualquier empresa petrolera en el mundo tiene en estos momentos”. Sobre 2018, califica “de deporte favorito de muchos” hacer especulaciones, futurismo y pronósticos adelantados. Ve “natural y legítimo” que surjan listas de presidenciables y que en ellas aparezcan los “actores que están en alguna actividad y tengan alguna responsabilidad”. De su parte, ofrece actuar “con gran imparcialidad” en los procesos electorales por venir. Ante los cuestionamientos por el caso Ayotzinapa, el Presidente rechaza que se pretenda culpar al gobierno federal por la desaparición de los 43 normalistas: “Con honestidad, es el primer tema en el que sí tengo una posición muy clara: no se puede ni señalar ni siquiera pretender culpar al gobierno federal de tener que ver con ese tema muy lamentable”
