Aunque se incluyen avances como la revocación de mandato y la paridad de género en el Congreso, faltó impulsar la participación ciudadana, coinciden
CIUDAD DE MÉXICO.
La Ley Electoral aprobada el martes pasado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal quedó a deberle mucho a los ciudadanos, pues estuvo hecha pensando más en los intereses de los partidos.
Sin embargo, incluye algunos avances como la revocación de mandato y la paridad de género en el Congreso y concejos, plantearon los constituyentes Clara Jusidman y René Cervera, así como el politólogo Marco Cancino.
“Ojalá la ley hubiera avanzado más en términos de la participación ciudadana; me preocupa el empoderamiento excesivo de los partidos políticos en todos los procesos electorales, y que el ciudadano quede a un lado”, señaló Jusidman.
Cancino, director de Inteligencia Pública, dijo que habría que cuestionarse si la Ley Electoral 2017 “implica una representación de la pluralidad de la ciudad o sólo es un instrumento para que ciertos grupos políticos puedan mantener el poder, retenerlo y continuar controlando la agenda pública”.
Ambos coincidieron en que el método de elección de concejales que quedó plasmado, por planilla cerrada, no contribuye a ampliar la participación ciudadana.
A partir de 2018, el candidato a alcalde y los seis aspirantes a concejales de mayoría relativa de un partido competirán en una sola planilla. Si el partido obtiene mayoría de votos por la alcaldía, los siete obtienen el cargo. Los otros cuatro concejales serán definidos mediante representación proporcional y pertenecerán a la oposición.
“Tienes una incongruencia: las atribuciones de los concejos son de vigilancia, de seguimiento a los programas, al ejercicio del presupuesto ¿Qué seguimiento van a hacer cuando 60% de los concejales son subordinados del alcalde o alcaldesa? No van a ser un contrapeso”, puntualizó Jusidman.
El constituyente René Cervera expuso que el riesgo es que “el alcalde o la alcaldesa nombren a sus cuates (como concejales) sin ninguna validez en términos de reconocimiento de la ciudadanía. Vamos a la compactación de las camarillas”.
Cancino consideró que la preocupación central de los partidos es cómo mantener el poder. “El elemento que quedó fuera del debate es ¿estas nuevas reglas electorales realmente nos sirven a nosotros los ciudadanos? ¿Va a aumentar la representatividad de mi voto o no?”.
INDEPENDIENTES
En cuanto al tema de los candidatos independientes, la Ley Electoral mantuvo el requisito de que reúnan el equivalente a 1% de la lista nominal de electores en firmas.
Por ejemplo, quien aspire a ser alcalde deberá documentar con rúbricas de apoyo ese monto de la lista nominal de la alcaldía.
Cervera planteó que sólo quien cuente con el apoyo de una estructura clientelar o corporativista podrá obtener ese número de firmas. “Es un requisito excesivo; los candidatos ciudadanos con la nueva ley sólo ganan en su posibilidad de tener presencia en los medios, pero es mucho pedirle a una persona que reúna 70 mil firmas.”
Jusidman coincidió en que estos requisitos dificultan la llegada de más independientes a posiciones estratégicas, como las alcaldías o el Congreso.
“Mientras los partidos legislen y no representantes de los ciudadanos, van a seguir perpetuando las condiciones que les permiten el acceso al poder y al dinero”, sostuvo.
REVOCACIÓN
Uno de los elementos más innovadores de la ley es la revocación de mandato.
Para Cervera, “tiene una trascendencia histórica absoluta, la hemos venido impulsando hace mucho en Movimiento Ciudadano, pues hasta ahora, cuando los ciudadanos eligen a un funcionario, es como un cheque en blanco. La revocación de mandato es un paso importante en la vida política de la ciudad”.
Sin embargo, consideró que los requisitos son demasiado altos, pues para revocar el mandato del jefe de Gobierno, se requiere que lo solicite 10% de los electores en la lista nominal.
Opinó que otro elemento positivo es la nueva composición del Congreso, con 33 diputados de mayoría relativa y 33 por representación proporcional.
“Va en ese espíritu de ir rescatando la representación proporcional pura; cada partido debe tener en el Congreso lo que obtuvo en las urnas”.
El hecho de tener más legisladores por representación proporcional le da al Congreso, la posibilidad de tener cuadros más preparados.
“La representación proporcional asegura eso, desde mi punto de vista”, afirmó.