EXPERIENCIA. La canciller alemana advierte que primero hay que luchar contra las causas que mueven a las personas a abandonar sus hogares. MUSEO DE ECONOMÍA. En su segundo día de actividades, participó junto con el presidente Peña Nieto en un foro interactivo con representantes de empresas alemanas en México
Con la experiencia de una Alemania dividida, la canciller Angela Merkel apuntó que los muros no coadyuvan a frenar la migración.
A unos miles de kilómetros de la frontera más cercana con Estados Unidos, desde donde la administración Trump se ha empecinado en construir un muro que divida a México de la Unión Americana, la funcionaria alemana expuso: “Primero hay que luchar contra las causas que mueven a las personas a abandonar sus hogares y la construcción de muros no va a ayudar, al menos hay que intentar crear la perspectiva de que va a mejorar la vida de la gente ahí en sus países”.
En el segundo día de actividades en México como parte de su visita oficial, la Canciller participó en un foro interactivo con representantes de algunas empresas alemanas asentadas en México y con el presidente Enrique Peña Nieto.
Trabajar en el tema de la migración es un reto enorme, añadió, y se dijo convencida de que no es mejorando los controles de las fronteras como se pueda resolver el problema.
“Es un tema que se ve a lo largo de la historia con la construcción de la Gran Muralla en China, del Impero Romano, que es sólo cuando los grandes imperios consiguen ponerse de acuerdo y tener buenas relaciones con sus vecinos y de controlar un poco los movimientos de las poblaciones, sólo entonces, tenían éxito, porque si no va a ser un éxito desde mi punto de vista”, señaló.
Admitió que “hay muchos miedos, muchos temores. Está claro que cuando llegan cientos, miles, todos los años a México, que esto también levanta dudas culturales entre la población que con todo el derecho se pregunta ¿y qué hace mi gobierno, y qué hace por mí que soy de aquí?
Enseguida amplió su reflexión: “Por supuesto, tenemos que entender que todo esto sea legal y que los países, y que luchen contra la inmigración ilegal”.
Concluido el foro en el que participaron ambos Jefes de Estado salieron del Museo Interactivo de Economía, ubicado en las céntricas calles de la Ciudad de México. En sábado, la calle sobre la cual se ubica ese museo, la calle de Tacuba, suele estar abarrotada. Ahora lo estuvo más, ya que la gente se vio atraída por las vallas que circundaban el perímetro. “¿quién está?” “¿quién viene?”, se preguntaban.
Pronto despejaron sus dudas. De la puerta principal del histórico edificio salieron el presidente Peña Nieto y la canciller Merkel que, en un gesto de sencillez y humildad, se acercó a las vallas para estrechar las manos que se ofrecían a su paso. En tanto, el mandatario saludaba y se tomaba fotos con quienes así se lo pidieron. Acompañados por un discreto aparato de seguridad, la inusual caminata de dos jefes de Estado por las calles del Centro Histórico de inmediato fue capturada por decenas de celulares.
Antes, la canciller Merkel recorrió el PopUp Tour, caravana que ha llevado a distintas entidades lo mejor de la cultura, ciencia y tecnología alemanas como parte del Año Dual Alemania-México 2016-2017 y que concluyó su recorrido en el Monumento a la Revolución, Plaza de la República.
Acompañada por invitados de la comunidad alemana en México y diplomáticos del país germano, la canciller Merkel expresó su emoción por estar en este país, recordó anécdotas de cuando fue estudiante de Física y aseguró que la ciencia y el entretenimiento pueden llevarse muy bien. “Es mi primera vez en un evento como éste, un formato de ciencia en el que pueden preguntar todo el día cualquier cosa, por ejemplo, cómo coexisten las cosas, por qué el cielo es azul, porque los niños tienen la curiosidad genuina”, expresó la canciller.
Al compartir sus años como estudiante de Física en la Universidad de Leipzig, Angela Merkel confesó que en el estudio de la Física siempre fue mejor en lo teórico que en lo práctico y recordó que en las clases los hombres eran más rápidos que ella, aunque eso no significara que fueran mejores.
La Canciller les dejó una frase a los jóvenes: en esta vida, todo es un aprendizaje vitalicio.