En entrevista con MILENIO, el gobernador de Guerrero, uno de los principales estados productores de amapola del país, se manifestó porque el Estado mexicano legalice y controle el mercado de la amapola para que se le dé uso medicinal a sus derivados, como la heroína, y además propone que en esa entidad se desarrolle un programa piloto al respecto.
—¿Por qué valdría la pena legalizar la amapola?
—Yo hice un comentario, un razonamiento que va en la ruta de encontrar cómo poder hacer que el pleito por la siembra, por el cultivo y por la venta y el trasiego de la mariguana y la amapola pueda convertirse en una ruta de carácter médico y disminuir la competencia y la violencia que hay entre grupos delincuenciales por el control de la siembra y de la venta. En la mariguana ya se avanzó. Ahora queda el tema de la amapola, que por su composición genera una serie de productos que, utilizados para el tema medicinal, son en verdad muy necesarios. ¿Cuántas veces no hemos observado en un hospital, en un enfermo, o cuántas veces alguien no ha padecido una operación y para enfrentar fundamentalmente el dolor, se utilizan una serie de medicamentos que tienen que ver precisamente con todo esto?
Entrevistado en la Ciudad de México, el gobernador acepta que es un tema delicado y complejo:
“No es un asunto nada sencillo. Es uno que levanta mucha polémica. Creo que el tema de la amapola es todavía un asunto mayor que el de la mariguana por su costo, por la dificultad de su producción, todo lo que conlleva, el hacerla útil para que se consuma, analizar para lo que no es buena y para lo que puede ser buena, que es lo médico. Este no es un asunto de Héctor Astudillo, es uno colectivo que se tiene que construir y yo creo que las cosas difíciles no cuestan un día ni una semana ni un mes ni un año. Seguramente tendrá que transitarse en mucho tiempo y, por supuesto, recibir muchas opiniones y muchas críticas”.
Después de un momento de reflexión, responde a la pregunta:
—¿Pero qué se ganaría?
—Primero, se ganaría poder tener en México un control mayor del que se tiene en este momento. Segundo, disminuiría la violencia que hay por el control de este tipo de productos del campo y que sin duda los coloca en un mercado de mayor interés, tan importante, como lo es Estados Unidos, que es quien más nos hostiga, nos critica, a veces hasta nos quiere castigar, como el caso de las alertas y todo esto, pero al final de cuentas es el mercado de ellos el que los consume.
—Este plan piloto del que hablaba con Carlos Loret de Mola, ¿cómo lo concibe?
—Es una idea muy amplia, no tiene detalles todavía. Diríamos que del uno al mil no lo tiene. Es una idea que sin duda podría funcionar. No es un asunto que tampoco vaya a suceder hoy ni mañana, es una idea amplia, pero estoy convencido que no es un asunto solamente mío, es colectivo, del país, de muchos, pero creo que puede encontrársele un camino que lleve a muchas cosas.
—¿Qué es lo que necesita Guerrero? ¿Qué estaría pidiendo el gobernador del estado para poder solventar y solucionar muchos de estos problemas, que, como dice, no va a ser de un día para otro?
—El asunto de Guerrero tiene que verse como de interés nacional, de seguridad nacional. Estamos a 150 kilómetros de la Ciudad de México. Tenemos una gran cantidad de conflictos que no los colocó Héctor Astudillo; por eso, cuando me llueven las críticas trato de serenarme y entender que yo no traje los problemas. Yo llegué cuando éstos ya estaban y me ha tocado enfrentarlos y lo hago todos los días con una gran determinación. No tengo titubeos para hacer lo que hago diario.
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