no ha entendido el interés superior de la niñez, afirmó Teresa Ulloa, activista e integrante de la Coalición contra la Trata de Personas en América Latina y el Caribe.
Un ejemplo es el de Yamilet, de 11 años de edad, secuestrada en enero de 2016 en el poblado de Santa Rosa, municipio de Tlalizapán. Aún se desconoce su paradero a pesar de que hay dos sujetos encarcelados.
La administración de justicia para menores de edad en Morelos deja mucho que desear
, lo que impide parar la ola de desapariciones de niñas y adolescentes. La FGE tiene la palabra
.
El 11 de enero de 2016 Yamilet se dirigía a la escuela secundaria. La acompañaba su hermana de 13 años. Dos sujetos, padre e hijo, la subieron a la fuerza a un automóvil Nissan Sentra, que fue localizado tres días después.
El vehículo es propiedad de los imputados; sin embargo, ellos declararon que se lo prestaron a un mecánico
, de quien no han dado más referencias.
El único testigo de la desaparición de Yamilet es su hermana, quien identificó a los secuestradores. Incluso se quedó con un zapato porque la jaló para que no la subieran al automóvil y corrió detrás de ellos
.
Cerca del lugar donde se halló el auto hay una vivienda en construcción en donde encontraron la mochila de la menor; además, testigos dijeron que vieron a dos hombres jaloneando a una niña uniformada
, detalló la activista.
Ante la proximidad del juicio oral contra los acusados, en agosto, Ulloa exigió a las autoridades del estado hacer justicia.
Datos de la organización Digna Ochoa refieren que 55 mujeres de entre 11 y 17 años de edad han desaparecido este año en el estado; siete tienen menos de 10 años y 27 más de 18. De las 89, sólo han sido localizadas 13.
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