Uno de los tripulantes alcanzó a llamar a su novia para pedir auxilio; sin embargo, una enorme piedra terminó por sepultarlos ◗ El auxilio llegó demasiado tarde
En víspera de la jornada vacacional de verano, un probable error en la construcción del libramiento Paso Express de Cuernavaca, la megaobra pensada para agilizar el acceso a la Autopista del Sol, que conduce a Acapulco, cobró dos víctimas mortales: Juan Mena López, de 56 años y Juan Mena Romero, de 34 años, padre e hijo, que cayeron con su auto en el hundimiento de un tramo en el kilómetro 96 de la autopista.
A las 5:40 horas, el Jetta color gris en el que viajaban llegó hasta el punto donde se había abierto un socavón de cinco metros de profundidad. El vehículo se precipitó al fondo para después quedar semienterrado y debajo de una gran piedra que también cayó. Esa roca causaría las complicaciones a la hora del rescate.
Vecinos de la zona denunciaron haber oído el estruendo que provocó el hundimiento y la caída del automóvil gris. Los mismos colonos realizaron la denuncia pertinente a los pocos minutos de suceder el accidente, para que equipos de rescate auxiliaran a las víctimas.
Juan Mena llamó a su novia, Esmeralda Gómez, a los pocos minutos del accidente, para ponerla al tanto y pedir auxilio. Al paso del tiempo, la tierra se reblandeció aún más provocando que el hueco se hiciera mayor y fue entonces cuando cayó una enorme piedra sobre el automóvil. Al tiempo de terminar la llamada, la novia se comunicó con elementos de Protección civil para pedir apoyo en el rescate de los Mena.
Pese a que las llamadas de emergencia fueron a temprana hora, algunas de las unidades pesadas llegaron horas después, pero la labor se dificultó porque el peso de esta maquinaria provocaba que el socavón aumentar su tamaño. Al final de la jornada, el hoyo había crecido en diámetro de 5 a 12 metros.
El fallido rescate terminó después del mediodía e iniciaron el proceso de extracción de los cuerpos, ya sin vida por falta de oxígeno, los cuales fueron retirados a las 15:30 horas por personal de la Cruz Roja y colocados en una camioneta del Servicio Médico Forense, casi diez horas después del accidente.
Unos 20 minutos después, el vehículo gris fue enganchado por una grúa y elevado. Presentaba aplastamientos en el toldo y la parte frontal mostraba el impacto inicial.
UNA NUEVA OBRA. El Paso Express fue inaugurado el pasado 5 de abril, era una de las grandes obras carreteras. El propio presidente Peña lo inauguró; era la esperanza de los conductores que van de la Ciudad de México a Acapulco para no perder 40 minutos en la zona urbanizada de Cuernavaca.
La obra, según el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, daría servicio por más de 40 años sin mantenimiento, “resistiría perfectamente bien el paso de más de 100 mil vehículos diarios”.
Estos buenos augurios realizados el primero de abril, en la apertura de la obra, no se cumplieron: ayer ambos sentidos de la vialidad estuvieron cerrados por completo, con dos víctimas fatales de por medio, y la previsión es que pasarán 15 días al menos para lograr una reparación completa.
El día de ayer trascendió que diversas denuncias, muchas de ellas realizadas por vecinos del poblado de Chipitlán, habían llegado hasta el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Morelos, José Luis Alarcón. Estas quejas hablaban de un socavón al lado de la carretera y de desechos acumulados que nunca fueron retirados por la constructora.
Según la propia SCT, las copiosas lluvias de los últimos días habrían contribuido a que el mal funcionamiento de un drenaje a 15 metros de profundidad (que la empresa constructora alega fuera del área de sus trabajos) fue el origen del hundimiento.
Como respuesta a las denuncias, la SCT, en voz de su delegado, anunció que se estaba atendiendo el problema y que el martes pasado se habían inyectado más de 56 metros cúbicos de concreto, lo que según la Secretaría daría “estabilidad y soporte a la estructura”.
UBICACIÓN. El Paso Express de Cuernavaca está ubicado a 85 km al sur de la Ciudad de México y 290 kilómetros al norte de Acapulco; tiene una longitud de 14.5 kilómetros y un aforo de más de 100 mil vehículos por día.
La obra tuvo una inversión de más de 2 mil 213 millones de pesos. Y se garantizó una durabilidad por más de 40 años.