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VIDA POLÍTICA

 EL SOCAVÓN DE LA CORRUPCIÓN HA MATADO A MORELOS..

Sin duda alguna, el transitar por el Paso Exprés hoy es de alto riesgo, no sólo para quienes viven en Cuernavaca o el resto del estado que quieran comunicarse del sur al norte y viceversa, sino también los que van de la Ciudad de México al estado de Guerrero y al revés.

Cada centímetro de la “obra” hecha por la empresa Aldesa y avalada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el gobierno de Morelos y el de Cuernavaca es un riesgo mortal.

Sin embargo, una mala decisión también causa pérdidas multimillonarias hacia un pueblo que de buena fe trata de salir adelante, pero es siempre obstaculizado por quienes tienen una ambición de tener cada vez más y más dinero.

El asunto del Paso Exprés que benefició a la empresa Aldesa y que ha provocado más de 100 personas muertas desde que inició la obra y que hoy sigue provocando lágrimas en familias, no es un asunto menor.

Por las “fallas” o “lluvias atípicas” hay el riesgo de que la economía del sur y poniente del estado se caiga, no se diga la del estado de Guerrero que vive del turismo que llega de la Ciudad de México, sobre todo ciudades como Taxco, Acapulco y Zihuatanejo, principalmente.

La escasa visión del que fuera chofer del ex gobernador Alfredo del Mazo en el Estado de México y hoy secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, mantiene en riesgo más de 500 mil empleos temporales, que significan una derrama económica sobre los 200 mil millones de pesos.

El Paso Exprés no es una obra pequeña ni un asunto menor, su significado es mayor porque de las personas que acuden al sur y poniente de Morelos como a las ciudades turísticas de Guerrero un 80 por ciento lo hacen a través de la vía terrestre, el resto por la aérea.

Hoy, los prestadores de servicios en Morelos como en Guerrero deben estar más que nerviosos y planteándose cómo van a pagar las deudas contraídas, porque tenían que adquirir los productos a ofrecer al visitante.

Miles de jóvenes que suelen acudir a contratarse para servir al visitante que llega lo mismo a los balnearios, parques acuáticos, restaurantes, fondas y demás para solventar sus estudios, simplemente por “un error” y la corrupción que, lamentablemente, lacera los tres niveles de nuestro país, quizá tengan que frustrar sus sueños.

No es una exageración, es una realidad en la que no es actual en un país como el nuestro, para ser universitario hay que dar sufrimiento y sangre porque los recursos que son otorgados a las instituciones de educación superior son exageradamente menores que las que reciben los partidos políticos.

La industria turística es la que hoy mantiene al país, tanto que Acapulco, Zihuatanejo, Cancún, Puerto Escondido, Los Cabos y Ciudad del Carmen hoy representan ingresos del Producto Interno Bruto (PIB) mayores en un 50 por ciento a los del pago de impuestos de los contribuyentes mexicanos.

El cierre del Paso Exprés, cuando menos tres semanas, significa una pérdida económica para el sur y poniente de Morelos, como del estado de Guerrero sobre los 200 mil millones de pesos, que para las tierras zapatistas son cerca de 300 millones de pesos.

No es un simple socavón ni la muerte de dos personas que sus familias recibirán un millón de pesos en pago de seguros, pero nadie devolverá al padre de familia perdido, sino la confianza de dos estados en volver a lograr llamar al visitante.

Para el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, fue un reblandecimiento mínimo, no pasó nada y solamente se perdió la vida de dos personas que no eran sus familiares.

En el caso del gobernador de Morelos, Graco Ramírez, no pasa nada fue un accidente y al parecer ni estaba enterado del asunto, porque las personas muertas ni eran de su familia y menos recibían el beneficio de la beca-salario universal.

La situación es que la carretera de lujo, de primer nivel y hasta modelo como la pronunciaron hace tres meses en su inauguración el gobierno federal como estatal hoy, para los verdaderos morelenses, es una porquería.

Los 14 o más kilómetros tienen fallas técnicas y problemas serios que pueden causar más personas muertas, que quizá ni al titular de la SCT o al gobernador les interese.

Sin embargo, la misma población considera la carretera como el Paso de la Muerte, una vía terrestre que hoy debe ser cerrada por completo y además quienes la aprobaron ser sujetos al juicio y escrutinio social para que sean encarcelados, por sus omisiones y –sobretodo- sus lambisconerías.

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