La función de la Procuraduría de Protección de las Niñas, Niños, Adolescentes y la Familia es el de salvaguardar y proteger los derechos de los sujetos de estudios que han sido vulnerados de manera directa, como familiares, o por personas cercanas al núcleo familiar.
“Tenemos en esos dos meses un promedio de 796 reportes de vulnerabilidad, 39 de ellos se acreditaron como delitos penales, siendo los más comunes la violencia intrafamiliar, el abuso sexual y violaciones”, informó la procuradora.
No obstante, aseveró que dentro del delito de violencia familiar prevalecen las agresiones: “hemos tenido a menores acuchillados, con lesiones que tardan más de 15 días en sanar, principalmente por parte de sus progenitores”.
Asimismo se cuenta con cuatro carpetas de adolescentes mujeres que fueron violentadas sexualmente, una de ellas por parte de su papá. Isabel Cortés señaló que el daño moral del que son víctimas los menores, no se da directamente por la violencia, sino por los hechos que vive, pues puede ser la mamá quien sea la violentada y eso es todo lo que los niños ven.
Pero también, dijo la entrevistada, hoy en día debido al uso de la tecnología parece que estuviera de moda el atentar o vulnerar contra los derechos de los menores, o de su integridad física, “los niños tienen acceso más fácil a la Internet, lo que les permite vincularse con sujetos ajenos a la zona en la que se desenvuelven”.
La violencia no tiene nivel social, se da tanto en hogares de bajos recursos como en aquellos que sobra el dinero, ya sea por parte de personas que estudiaron como en aquellas no saben leer ni escribir.
Sin embargo, sea cual sea el caso, se debe de denunciar para evitar que más menores sigan siendo víctimas de una delito.