Los estudiantes de bachillerato y universidad de instituciones públicas se sumarán a la lista de 59 millones de afiliados en el IMSS.
Según el director general del organismo, Mikel Arriola, los consultorios de PrevenIMSS cuentan con espacio suficiente porque trabajan al 30 por ciento de la capacidad de un consultorio ordinario.
Sin embargo, la realidad en las clínicas es otra.
Un ejercicio de REFORMA en la Unidad de Medicina Familiar número 31, ubicado en la Colonia Roma, revela que el proceso para sacar ficha con el médico familiar toma hasta cuatro horas y se agregan dos más para recibir atención preventiva, donde la fila es de más de 30 personas.
"Aquí así es... es un show", señala Laura, una derechohabiente embarazada, quien hasta el tercer día de haber acudido a su clínica encontró a una enfermera disponible.
En dicha clínica otro paciente no logró ser atendido en PrevenIMSS, pese a que en el consultorio contiguo había una enfermera disponible. Eran las 13:20 horas y su turno terminaba a las 13:30.
Y, si se busca una consulta general en la Unidad de Medicina Familiar número 31, ubicada en Iztapalapa, la odisea es mayor.
Las enfermeras recomiendan llegar a las 5:00 horas si no tienes cita, o incluso antes, para ser atendido horas después. La cita puede tardar casi un mes en concretarse.
No obstante, Mikel Arriola ve con optimismo el proceso y señala que se invierten 2 mil 700 millones de pesos en un fondo asegurador para los estudiantes, los cuales, calcula, no van a rebasar el millón de consultas por año.
"En valor presente y en capacidad no hay afectación directa a las finanzas del IMSS porque es una generación que no actualiza riesgo, que no usa los servicios", señaló.
El objetivo, resaltó el funcionario, es prevenir las enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes.