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Riesgo de fractura en el PRI por “candados”

 

Al interior del partido dos ideas buscan imponerse; un sector impulsa que el próximo abanderado presidencial no sea impuesto desde Los Pinos y haya una consulta a la militancia; el otro pide abrir la nominación a un candidato ciudadano
En la 21 Asamblea Nacional del PRI se integró la posibilidad de que un simpatizante sea candidato, pero solamente hasta nivel gubernatura. Para ello debe demostrar, por medio de una encuesta, que está mejor posicionado que un militante.

Los candados que el PRI tiene en sus estatutos para seleccionar candidato o candidata a la Presidencia son la base de lo que se avizora como una confrontación entre la militancia que se prepara para su 22 Asamblea Nacional.

El artículo 166 de los estatutos del partido es la manzana de la discordia entre lo que se ha denominado como la cúpula y la disidencia.

Y es que este artículo es el que reglamenta los requisitos para quien quiera ser aspirante presidencial del tricolor, entre otros aspectos.

Actualmente el artículo considera la figura de candidato simpatizante (externo) para contender con la bandera priísta por alguna gubernatura, no así a la Presidencia.

Entre los requisitos para ser aspirante presidencial, el Revolucionario Institucional pide contar con un mínimo de 10 años de militancia. Este es uno de los candados impuestos hace más de una década. Además, quien busque ser candidato a la Presidencia de la República por el partido debe contar con el apoyo, a través de una firma, de organizaciones y sectores priístas.

Asimismo, el partido exige que todo aquel que quiera ser aspirante a un cargo de elección popular, cuente —entre otros requisitos— con el apoyo de organizaciones y sectores, así como de consejeros.

Los priístas han comenzado a confrontarse porque desde la dirigencia nacional, que comanda Enrique Ochoa Reza, hay intenciones de impulsar que la figura de candidato externo para la Presidencia de la República se incorpore, sin pedir los mismos requisitos que a un militante.

“No puede ser así, es necesario que todos tengamos piso parejo, que se desaparezca esa condición de que un militante necesita de las firmas de organizaciones y sectores para aspirar a la candidatura.

“No queremos, por ejemplo, que desaparezca el requisito de 10 años de militancia probada”, dijo la diputada federal con licencia Ivonne Ortega.

Ortega Pacheco, quien encabeza uno de los movimientos que busca evitar que una candidatura externa para Presidente de la República desde el PRI tenga camino sencillo —Hazlo por México—, inició una recopilación de firmas por todo el país para pedir que, entre otras cosas, los aspirantes del PRI a puestos de elección popular sean elegidos por la base priísta y no más por “acuerdos de unidad”.

La legisladora yucateca se dedica a recorrer el país buscando las firmas de la militancia, de lo cual hará un corte el 6 de agosto próximo.

El documento base que promueve a través de la iniciativa Hazlo por México propone: consulta abierta a la militancia y ciudadanía para la selección de candidatos y liberación de candados a militantes para que tengan piso parejo en una competencia.

“Lo que tienen los estatutos ahorita es que si eres militante y quieres ser candidato debes tener firma de sectores y organizaciones; un porcentaje de Consejo Político Nacional; porcentaje de militantes.

“Si eres ciudadano, lo único que debes tener es prestigio personal. Pedimos que los dos queden en misma condición. Aprobación de 1%, por ejemplo, si quieres ser candidato a Presidente de la República, que el simpatizante también recabe 1% de firmas de militancia”, mencionó Ortega Pacheco.

De lo que se trata, añadió, es que existan candados mínimos en su caso, para que militantes y externos compitan en igualdad de condiciones.

Fue en la 21 Asamblea Nacional del Revolucionario Institucional que se integró la posibilidad de que un simpatizante pueda ser candidato, pero sólo hasta nivel gubernatura. Y como requisito se estableció que encuestas demuestren que el aspirante está mejor posicionado que un militante.

“Cuatro años después vemos que tienen que participar en igualdad de condiciones porque ahí es en donde pueden limitar la participación del militante. Si el militante no tiene la firma de los sectores, por ejemplo, no se puede inscribir, pero el ciudadano sí. Es nada más poner el piso parejo. El que quiera inscribirse y gane una consulta abierta puede ser el candidato”, destacó Ivonne Ortega.

La corriente Alianza Generacional, que encabezan José Encarnación Alfaro, José Ramón Martel y Alberto Aguilar Inárritu, entre otros, también inició un camino para que la Asamblea Nacional del PRI decida que quien debe elegir a los candidatos, sobre todo el presidencial, es la militancia.

Alianza Generacional expuso que sus integrantes coinciden con la petición de eliminar el candado por el que un militante debe contar con la firma de los sectores, organizaciones y consejeros, entre otros, para poder buscar la candidatura presidencial.

El secretario general de la CNOP, Arturo Zamora, y el coordinador de los diputados del PRI, César Camacho, recién afirmaron que la figura de consulta a la base para elegir candidatos existe en los estatutos.

“Es cierto”, comentó un integrante de Alianza Generacional, “lo que pedimos es que la Asamblea diga que el método de selección será a través de consulta a la base, que sea quien sea el candidato o candidatos, sea legitimado por toda la militancia, nada más eso”.

Candados y unidad. El analista político José Antonio Crespo recordó que el tema de los candados es algo que siempre ha confrontado al PRI.

En el escenario actual, consideró, puede existir una confrontación sobre todo porque existen muchos priístas que están enojados con el presidente Enrique Peña Nieto.

“Creen que las posibilidades de que el PRI repita en la Presidencia de la República no son muy buenas. No están contentos con el Presidente y en consecuencia no quieren que la sucesión dependa solamente de él, como tradicionalmente ocurre”, comentó.

Una de las principales molestias, señaló el experto, es que muchos militantes no están de acuerdo en que se ponga como candidato a alguien que no cumple con los candados que los priístas deben cumplir.

“Quieren a un priísta tradicional [como candidato], no a un tecnócrata. Sí creo que puede haber conflicto y salida de priístas [del aspirante]”, detalló.

Sin embargo, Crespo destacó que el presidente Peña Nieto no tiene un total margen de maniobra para imponer a su sucesor.

“No las tiene todas Peña [Nieto], tiene mucho menos capacidad de imponer a su candidato”, dijo.

El politólogo Vidal Romero advirtió que si bien las diferencias existen en todos los partidos políticos, el tema hoy es observar si los priístas lograrán resolverlas de buena forma.

“Muy probablemente se puede llegar a una negociación para quitar los candados, porque al grupo que benefician [priistas disidentes] no tienen la fuerza suficiente para imponerse. De hecho, ningún grupo tiene esa fuerza, por lo que el resultado al final de la asamblea será de acuerdos internos sin medidas extremas”, dijo.

Comentó que priístas inconformes podrían abandonar al partido, pero esto no será “en masas”.

“Quizá algunos priístas en lo individual [pueden salirse del partido], pero no grupos grandes. Salvo el caso de que uno de los grupos importantes imponga a los otros sus propuestas, pero esto es poco probable”, aseguró Vidal Romero.

Edgar Ortiz, analista político, destacó que los candados siempre han existido en el PRI y hoy lo que se busca es limitar al “jefe máximo” a que imponga su candidato.

“Lo que deberá haber es una negociación, diálogo, pero no para quitar o poner candado, sino aceptar la situación que vive el partido actualmente y a partir de ello, trabajar”, indicó el especialista.

Desde mayo pasado el PRI comenzó a trabajar en la preparación de su 22 Asamblea Nacional. Los días 9 y 10 de agosto próximo se instalarán las cinco mesas en las que se someterá a discusión si son necesarias o no modificaciones a los documentos internos.

 
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Nacional
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