Con el cambio en la perspectiva de “negativa” a “estable” por parte de la calificadora de riesgo Fitch, la amenaza de una baja en la calificación de la deuda soberana de México se disipó por completo, consideraron analistas.
La revisión se da a dos semanas de que Standard & Poor’s hiciera lo propio y revisara a “estable” desde “negativa” la perspectiva de deuda.
Fitch revisó a “estable”, al considerar que el país ha demostrado su capacidad de adherirse a sus objetivos de consolidación fiscal de mediano plazo a pesar de un choque en el petróleo, tanto en precios como en la producción, y el continuo crecimiento moderado de la economía.
Asimismo, confirmó la nota de “BBB+” de riesgo soberano de largo plazo en moneda local y extranjera de México y la calificación de riesgo y deuda de Pemex de BBB+, modificando su perspectiva de “negativa” a “estable”.
Pero advirtió que la próxima administración podría necesitar implementar medidas adicionales de ajuste para enfrentar las presiones de gasto en pensiones y pagos más altos por intereses.
Analistas de Banorte-IXE y JP Morgan señalaron que con el cambio de perspectiva de Fitch, se disipa la amenaza de baja de calificación y pusieron énfasis en mantener encarrilada la agenda de reformas estructurales para impulsar el crecimiento.
Carlos Fiorillo, director general de Fitch Ratings en México dijo a El Financiero que el país continúa un camino de consolidación fiscal que lo pone en una senda de reducción del endeudamiento a partir de 2017.
“El resultado del cambio es por la expectativa de estabilización del endeudamiento y porque la economía demuestra una resiliencia al impacto del petróleo y a medidas proteccionistas de Estados Unidos (…) De tal manera que la calificación actual permanecerá en el periodo de 12 y 18 meses si no hay ningún cambio inesperado”, afirmó.
Por su parte, Vanessa Rubio, subsecretaria de Hacienda, dijo en entrevista con El Financiero-Bloomberg, que la dependencia recibe con gusto la revisión de la perspectiva pero se mantiene cautelosa dada la coyuntura de volatilidad global, “la prudencia paga bien: los recortes al gasto y cumplir con todas las metas fiscales (...) incluso este año se van a mejorar con el remanente de operaciones de Banco de México”.
JP Morgan indicó que Fitch siguió enfatizando los riesgos a la baja de la calificación como el deterioro de los vínculos con la economía de EU que conduce a perspectivas de crecimiento más lento, más deuda del gobierno por pasivos contingentes y el descarrilamiento de las reformas estructurales en curso.
RUMBO A ELECCIONES
Alejandro Cervantes, economista Senior de Banorte-IXE, subrayó que en el corto y mediano plazo está disipada la amenaza de reducción de la calificación crediticia de México.
Destacó la revisión un año antes de las elecciones presidenciales, “las calificadoras ya están ponderando que el riesgo político que vaya a haber por el resultado del 1 de julio de 2018 es muy bajo sea quien sea el presidente, y eso muestra la confianza de las calificadoras sobre las perspectivas de crecimiento en el país”.
Sobre un eventual triunfo de López Obrador, Fiorillo, de Fitch, dijo que el marco institucional es suficientemente sólido para pensar que un candidato pudiera detener la senda de crecimiento.
Con información de Víctor Piz*