REUNIÓN. El secretario de Turismo tiene claro que “no se vale tener zonas hoteleras de primera y comunidades de tercera” y que “si al sector le va bien tiene que hacer que le vaya bien a los demás” ◗ La inseguridad la cataloga como el principal problema para el sector; hallar una solución debe involucrar a empresarios y sociedad ◗ El turismo suma 7 años consecutivos de crecimiento —comenta— y para que así continúe “tiene que haber más gente beneficiada”
Enrique de la Madrid Cordero, secretario de Turismo, considera que si al sector turístico en México le va tan bien, tiene que hacer que le vaya bien a los demás: “no se vale tener zonas hoteleras de primera y comunidades de tercera”. Actualmente el Turismo representa el 8.7 por ciento del PIB, debería llegar al 10 por ciento. También señala que la inseguridad es el principal problema del sector, y que es necesaria la participación de la sociedad —en particular de los empresarios— para ayudar a solucionar el problema.
En reunión con directivos y colaboradores de Crónica, se llevó a cabo una conversación colectiva con el titular de la dependencia, que abordó temas que fueron más allá del turismo: entre ellos, la necesidad de que funcione el estado de derecho, los efectos desiguales de la apertura económica y el legado de su padre, el expresidente Miguel de la Madrid.
Estos son los puntos nodales de la sustantiva conversación.
De la Madrid comienza la plática con algunas reflexiones sobre el turismo en México. Lo hace con seguridad y conocimiento de las cifras. De hecho, contesta algunas preguntas potenciales antes de que se planteen.
El secretario comenta que el turismo ha entregado buenas cuentas a México. Lleva siete años de crecimiento ininterrumpido. Subraya que esto no se debe a situaciones coyunturales, como podría ser el tipo de cambio, sino estructurales. Recuerda que México ya es el octavo lugar mundial en entrada de turistas extranjeros y ocupa el sitio número 14 en derrama económica por turismo. La meta en el corto plazo es llegar al séptimo lugar en número de turistas y entrar al top ten en ingresos.
Da algunas características de la evolución del turismo internacional: este año el número de visitantes por avión creció 10 por ciento respecto al anterior. El 60 por ciento de los turistas extranjeros viene de Estados Unidos, cuando hace una década era el 70 por ciento. Han aumentado, sobre todo, visitas provenientes de Argentina, Brasil, Chile y Francia.
De la Madrid explica que el turismo estadunidense no ha bajado desde la llegada de Trump, pero sí el de mexicanos a EU. Una parte se ha dirigido a otros países, notablemente Canadá, que quitó las visas. Otra se ha dedicado más a viajar por el país.
Luego da un dato importante: el turismo doméstico representa el 85 por ciento del total del sector que, por lo tanto, “no es tan dependiente del exterior como parecería a primera vista”. Y otro más: “No hay entidad de la república en donde el turismo no sea estratégico; y en algunas es vital”.
El principal problema del turismo doméstico —añade— es la subocupación en temporadas bajas. “Hay infraestructura subutilizada: aviones, cuartos de hotel, autobuses turísticos”. Esto se ha querido evitar con programas que no impliquen subsidios, como ‘Viajemos Todos por México’, que busca mejorar tarifas, con el acercamiento del sistema financiero al sector turístico, a través del programa ‘Mejora tu Hotel’, en el que más de 2 mil millones de pesos han sido colocados por Bancomext y, en puertas, ‘Mejora tu Restaurant’, así como apoyos de la Financiera Rural al turismo de aventura y ecológico.
También la secretaría a su cargo busca disminuir importaciones innecesarias: “¿Por qué un hotel de Cancún compra carne de Estados Unidos o flores de Miami?”. Han establecido un programa de información para que haya puntos de encuentro entre proveedores y compradores.
El secretario habla a menudo desde su experiencia en el sector financiero. Más tarde comentará que sería bueno para todo secretario de Hacienda foguearse en Turismo, para luego no menospreciar el sector.
De ahí, De la Madrid se lanza a temas de más aliento.
“El turístico es un sector al que se ve tan bien que tiene que hacer que le vaya bien a los demás”. Y explica: No se vale tener zonas hoteleras de primera y comunidades de tercera.
Abunda: “De poco sirve tener infraestructura hotelera cuando quienes prestan los servicios viven a dos horas del hotel y en malas condiciones. ¿Cómo puedes pensar en servicios seguros así?”. La idea del turismo es generar polos de desarrollos, no islas en medio de la desigualdad… y con ella, pasa a explicar los proyectos de vivienda en Los Cabos, para evitar que ese destino turístico siga creciendo de manera desordenada y con vivienda y servicios claramente insuficientes.
Le preguntamos sobre qué es lo que se tiene que hacer para que siga la tendencia positiva.
“Por una parte, para que haya continuidad tiene que haber más gente beneficiada” —responde—. “Así, más gente va a cuidar el turismo. Y esto implica mejorar las acciones de gobierno en los tres niveles. Es algo que todavía no hacemos”.
“Por la otra, hay que enfrentar los problemas. La inseguridad es el problema más grave del sector”. Afirma que en el modelo de seguridad para los destinos turísticos tiene que participar la sociedad, y en primer lugar los empresarios, que “no están de paso como un presidente municipal o un gobernador, sino que duran toda la vida”. Ellos deben ayudar a institucionalizar los programas para tener mejores y más confiables policías en sus zonas.
Hay que dirigir el talento —y los presupuestos y el reconocimiento— al estado de derecho, concluye.
Le inquirimos sobre las causas de la mayor diversidad del flujo de turistas.
De la Madrid contesta diciendo que “la mayor conectividad internacional es la clave”. Hay cada vez más vuelos y con aviones más grandes. De ahí la importancia estratégica para el turismo del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, porque habrá más slots.
También habla de la importancia de la publicidad segmentada, que se trabaja más en internet, en busca de un público que busca determinado tipo de turismo. No es ofrecerles playas a todo mundo, como se venía haciendo.
La conectividad también tiene que entenderse en un sentido amplio –acota-, con las carreteras, y da el ejemplo de Xilitla, en San Luis Potosí, “un lugar sensacional, pero a tres horas de la capital estatal”.
Concluye su respuesta afirmando que la meta es que el turismo, que ahora representa el 8.7 por ciento del PIB, llegue dentro de pocos años al 10 por ciento.
Se le preguntó acerca del legado de su padre, Miguel de la Madrid, y si no le han pesado y le pesan las críticas a su gestión
Sobre el legado de Miguel de la Madrid, su hijo, el secretario Enrique, inicia con una frase contundente y esperanzadora: “México tiene todo para ser un país desarrollado en esta generación. No dentro de dos o tres”.
Atribuye la existencia de esa plataforma económica a las reformas que se hicieron luego de que el modelo anterior, basado en el petróleo, quebró, en referencia obvia a los cambios en el sexenio de MMH, tras el derrumbe económico del sexenio de López Portillo.
Pero va más allá, en una visión que no es color de rosa. Dice que, en muchos indicadores económicos, “México, medido como promedio, sale malito. Pero eso no nos da toda la película: para unos estados, como Querétaro, el resultado ha sido extraordinario; para otros, como Oaxaca, ha sido pésimo”. En un mismo país, una entidad ha crecido, en términos de ingreso per cápita, cien veces más rápido que otra.
Por eso, considera, la integración de México a la economía global tiene que darse, “pero con un sentido humano más incluyente.
A mucha gente no le toca nada de los beneficios de la globalidad, que los hay, y muchos”. La solución, abunda, más que en programas sociales, está en la educación de calidad, la salud, el acceso a la tecnología y, sobre todo, la presencia del estado de derecho. Cuando no lo hay —y pone como ejemplo la libertad de tránsito en las carreteras del país—, se ahuyentan inversiones y desarrollo de todos los sectores, no nada más el turístico.
En cuanto a su padre, es muy claro (tras comentar que mucha gente lo recuerda con estimación): “Mi nombre no me ha pesado en la vida: ha sido de neutro a positivo”.
Hacia el final de la reunión comentamos sobre su precandidatura a la Presidencia de la República. Es cauto, pero no le da la vuelta al tema.
Se autodefine como optimista. “En México hay cosas buenas y malas, pero se ven más las malas, porque eso vende, pero si nos creyéramos de verdad la versión negativa del país, ni nos levantábamos de la cama. Con actitud positiva hay que ver las posibilidades y entender los obstáculos”, señala.
Entiende su aspiración a la Presidencia como “abonar a que el Presidente tenga opciones… figuras creíbles, viables, que muestren ganas e interés”. Es importante que las haya, comenta, por “el enorme riesgo que estamos volviendo a ver. El riesgo de encerrarnos y ver que el mundo y el progreso nos pasen de lado”, porque México será exitoso “sólo si sabemos jugar en el mundo global”.