Acusaron que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no hizo las inspecciones para constatar que las constructoras habían roto la tubería al construir el Paso Exprés, obra que consistió en ampliar de 4 a 10 carriles el libramiento Cuernavaca.
Los afectados exigieron que se castigue a los principales responsables de la obra: el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza; el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, y el alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Sobre el resultado del peritaje del Colegio de Ingenieros Civiles, el ayudante municipal de Chipitlán recordó que ya había enviado un documento el pasado 30 de junio a la SCT, donde se informó que debido a las lluvias y al ‘‘mal trabajo’’ que realizaron en el Paso Exprés, se habían anegado viviendas.
Dijo que el tubo se encontraba obsoleto y no fue sustituido por uno que fuera apto para dicha obra, ya que el caudal del agua que baja de la barranca Santo Cristo –que corre por debajo de ese tramo– provocó inundaciones a los vecinos debido a la mala planeación del Paso Exprés.
Recordó que en el oficio se explicó que los más afectados fueron los moradores del andador Mitre, ya que el agua anegó sus viviendas debido a los daños ocasionados en la tubería, por lo que se notificó a la Secretaría de Comunicaciones para que tomara medidas urgentes, pero ‘‘no nos hicieron caso’’.
Insistió en que ‘‘se avisó a la SCT y a los gobiernos estatal y municipal. Lo mismo pasó con denuncias de vecinos que se quejaron de los daños que sufrieron en sus casas desde que comenzó esta obra en enero de 2015, siendo inaugurada el 5 de abril de 2017’’ por el presidente Ebrique Peña Nieto, manifestó.
Rocío Guzmán Méndez, una de las vecinas afectadas, lamentó que el peritaje lo terminaran dos días antes de que se cumpliera un mes de ‘‘la desgracia’’, y para revelar lo que los vecinos reclamaron hasta el cansancio: que el drenaje se había roto porque llevaba 40 años en operación, pero la SCT y las constructoras los ignoraron.
‘‘El drenaje lo rompieron las constructoras. Nos cansamos de decirles que lo arreglaran, que lo cambiaran por otro más grande y nunca nos hicieron caso; los ingenieros se burlaban de nosotras y nos decían de plano que no éramos expertas.
‘‘El tapón que abrieron la semana pasada tenía toneladas de basura y cemento que las constructoras, con la autorización o no de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, inyectaron al hoyo que se formó en la parte oriente de los cimientos. Tal vez creyeron que tapando el hoyo se arreglaba, pero fue peor, porque taponearon el tubo del drenaje y el agua modificó su cauce a debajo de los cimientos del Paso Exprés hasta que se abrió el socavón’’, refirió.