Esto motivó a que se trasladaran a las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno del estado para saber a qué lugar serán reubicados.
También en la ciudad de Iguala, militares se presentaron para tomar el control del C-4 y así realizar labores de vigilancia, ya que autoridades de Seguridad Pública Estatal habían señalado en varias ocasiones que esa oficina estaba infiltrada y desde ahí se daba información a los grupos del crimen organizado.