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Centros de acopio ciudadanos, la desconfianza a las autoridades

Tlaquiltenango, Mor.- En la calle Aldama de la colonia Gabriel Tepepa un grupo de vecinos que vive sobre la carretera abrió las cortinas metálicas de dos locales para habilitarlos como Centro de Acopio para los damnificados del sismo; en las diferentes comunidades de los municipios de la zona sur y zona surponiente, esta imagen se repite en muchas carreteras y puntos de acceso en donde la población dice que entregará los víveres a quienes verdaderamente lo necesitan porque no confían en los gobiernos ni municipales ni en el estatal.

El letrero dice: “Centro de Acopio directo a comunidades y rancherías”, los encargados aseguran que estos apoyos no van a ser entregados a los gobiernos para que éstos lo repartan.

La desorganización por repartir ayuda y apoyar a los damnificados empezó a brotar, el gobierno estuvo rebasado por la sociedad civil que no tardó ni 24 horas en hacerse presente de diferentes puntos del país  y de la misma entidad en la zona de Jojutla y sus alrededores; quien no fue severamente afectado en su patrimonio vino a apoyar a quien sí lo fue “Hoy por ti, mañana por mí, hermano”, fue una de las frases que se usaron en cartulinas que iban pegadas a camionetas o vehículos particulares que entraron a la zona de desastre en estos últimos cinco días.

Las redes sociales fueron usadas como referencia en este caos: estudiantes, adultos, empleados, amas de casa, grupos organizados, asociaciones civiles, especialistas, todo un mundo de usuarios de redes sociales intercambiaban información sobre dónde se necesitaba ayuda y qué productos eran los más urgentes mientras el gobierno del estado trataba de retener una ola de encono social por señalamientos de retención de despensas que llegaron a Cuernavaca provenientes del estado de Michoacán, los gobiernos locales también empezaban a desarrollar su propio rechazo de la sociedad bloqueando que grupos ciudadanos hicieran la labor de centro de acopio, la orden fue que tenían que entregar lo recaudado a los lugares “oficiales para un mejor organización” o no hacerlo y dejar que la autoridad se encargara, la mayoría de la sociedad no cedió.

Uno de estos casos sucedió en el municipio de Zacatepec en donde se instaló un centro de acopio en la explanada Emiliano Zapata, frente al recién remodelado estadio Agustín "Coruco" Díaz. El primer día sólo eran tres mesas y tres personas, admite su organizador, un joven de aproximadamente 25 años de edad quien pidió no revelar su nombre.

Cercados por tarimas o las mismas torres de paquetes de alimentos el grupo de jóvenes se organizó eficazmente en su propio centro de acopio, mientras unos separaban ropa de mujer, hombre, adultos y niños, del otro lado ubicaron los víveres, productos de higiene y limpieza, y en otro montón más los medicamentos. Los jóvenes montaron líneas de separación, embolsado y distribución. Se contactan con familiares, vecinos, amigos o líderes de las colonias hasta donde llevaron la ayuda.

"El jueves, el edil Francisco Salinas nos pidió que retiráramos el centro de acopio porque la ayuda la concentra el gobierno estatal, ante la negativa envió a sus allegados quienes exigieron 10 despensas para distribuirlas, cuando pedimos los datos de los lugares de distribución se rehusaron a darlos, tampoco quisieron identificarse. Al siguiente día fuimos agredidos por otros chavos y gente adulta que prácticamente nos arrebató los productos, pero a pesar del miedo que nos causó el momento, no nos amedrentamos, colocamos una especie de barricada, unas lonas y un campamento para estar día y noche aquí", relató.

Mientras el joven hizo el relato, un camión de carga con una lona de León, Guanajuato, llegó cargado de víveres y demás productos. Detrás de los árboles que cercan la plaza salieron unas 50 mujeres con dos niños cada una, algunos de brazos. De inmediato empezaron a lanzar porras a favor del estado, alzaron sus manos y exigían a gritos un bote de leche, un paquete de papel higiénico, el caos se hizo presente.

En tanto en la cabecera municipal de Tlaquiltenango se instaló un centro de acopio en la cancha techada, frente al ex convento de Santo Domingo de Guzmán, dañada severamente por el sismo. Un centenar de personas trabajaron por horas el pasado miércoles en la separación de los productos. Hecho lo propio, los productos eran llevados en una camioneta pequeña de redilas, con el nombre en una lona del edil Enrique Plascencia pintado en un par de tablas amarradas a los costados del vehículo hasta la también derruida presidencia municipal, a dos cuadras de ahí para armar despensas y entregarlas a los damnificados según informaron algunos voluntarios.

Vecinos del centro lamentaron que las despensas se entregaron el primer día sin un listado de damnificados. "Iban de casa en casa entregando las despensas, sin ningún criterio", denunció doña Rosario. La mujer rechazó la ayuda y cuestionó los criterios porque ella no la necesitaba, a unas cuadras de su casa alrededor de 10 familias habían perdido su vivienda, algunos ya empezaban a demoler lo que quedó en pie. La respuesta del alcalde no dio mayor claridad pues aseguró que “todo” el municipio, -el más grande de Morelos-, necesitaba ayuda, no fue capaz de enumerar colonia, ranchería o poblado de su municipio donde la ayuda fuera urgente, tampoco detalló cómo estaba organizado el centro de acopio, pero lo que sí hizo fue recalcar la falta de apoyo del Gobierno del Estado, especialmente contra el gobernador Graco Ramírez, con quien mantiene una riña por diferencias políticas desde el inicio de su administración, es decir, desde hace casi dos años.

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