El terremoto de 7.1 grados que sacudió a la Ciudad de México el pasado martes 19 de septiembre evidenció la mala construcción de edificaciones nuevas que se colapsaron y no cumplían con las disposiciones en la materia que se implementaron después de los sismos de 1985.
Durante un recorrido que realizó EL UNIVERSAL por 23 edificios severamente dañados se encontró que cuatro de ellos eran de reciente construcción y tres más fueron remodelados.
Entre los nuevos está el complejo Residencial San José, ubicado en Zapata 57 y Tlalpan, colonia Portales, de seis torres con 24 departamentos, mismos que hace tres meses se entregaron y seis de ellos se vinieron abajo con el sismo. La constructora Canada Building reportó a los propietarios, por correo electrónico, que “se trató de eventos fortuitos de la naturaleza” y se des-lindó de cualquier responsabilidad.
Otro caso es el complejo de 20 departamentos que se levantó en las calles de Irolo y Bretaña, en la colonia Zacahuitzco, sobre una base que tenía más de 60 años, el cual contaba con anuncios de venta y renta. De acuerdo con la organización Bretaña Mi Vida Por Tu Vida AC, en los sismos de Semana Santa de 2014 la entonces edificación original presentó una inclinación y con el último temblor se vino abajo, perdiendo la vida una mujer identificada como Judith, de 19 años, que se dedicaba a las labores de limpieza.
El edificio que también se vino abajo y se construyó después de 1985 es el de Petén y Yácatas, en la colonia San Cruz Atoyac, delegación Benito Juárez. Era un inmueble de siete pisos que se colapsó y dejó varias personas muertas.
En el caso del inmueble de Rébsamen 241, en Narvarte, que colapsó y en el que murieron dos personas, la delegación Benito Juárez generó una confusión en torno a las condiciones que guardaba. Por un lado mostró documentos que indicaban que no había daño estructural previo y, por otra parte, las autoridades afirmaron que sí había una afectación en la estructura.
El delegado Christian von Roehrich publicó en su cuenta de Twitter un par de mensajes en los cuales expuso que el dictamen derivado de una inspección de protección civil en 2014, tras un sismo, indicaba que “el inmueble sí tenía daños estructurales y debían corregirse”.
Sin embargo, el titular en Benito Juárez anexó un par de imágenes correspondientes al ingreso de la solicitud del dictamen por parte de una ciudadana y otra que es una copia del dictamen de mayo de 2014, cuando el delegado era Jorge Romero y en la cual se concluye que “no hay afectaciones en la estructura del conjunto”.
El edificio de Ámsterdam 25, colonia Condesa, se construyó hace 40 años y presentó daños en 1985, por lo que se ordenó su demolición; sin embargo, con el paso del tiempo le construyeron más niveles.
Lo mismo sucedió con el edifico de la calle de Sonora y Avenida México, que se decretó inhabitable, pero vecinos aseguran que recientemente fue remodelado. Aquí no se reportaron heridos.
Estos dos últimos inmuebles se encuentran en la delegación Cuauhtémoc, donde Cynthia Murrieta, directora general de Protección Civil, comentó que tienen contabilizados 74 edificios en alto riesgo y un total de 262 evaluaciones, mismos que son analizados mediante un escáner para saber su situación estructural.
“Se recaba información que implica analizar si de los edificios colapsados alguno fue construido después del terremoto de 1985. Habrá que revisar más allá, saber el motivo, las razones y el asunto de sismicidad para saber si esto lo provocó [...] Son muchos factores que habrán de tomarse en cuenta en una segunda etapa”, precisó.
En la delegación Gustavo A. Madero se encuentra el edificio de la calle de Coquimbo 906, ahí los primeros tres niveles se colapsaron, dejando nueve personas muertas y uno rescatado con vida. Según residentes, se construyó antes de 1985 y con el sismo de ese año sufrió algunos daños, entonces se realizaron las reparaciones pertinentes pero con el temblor del pasado 9 de septiembre colapsó.
Sufrimiento. Propietarios de edificios departamentales que recientemente fueron construidos y apenas estaban siendo habitados pasaron del sueño de contar con una nueva vivienda a la pesadilla de perderla en un instante.
Mariana Jara Alvarado, de 31 años, habitó un mes en el edificio Zapata 57. Su renta era de 11 mil 500 pesos mensuales por ese lugar. Ahora, luego del sismo, se resignó a perder su vivienda.
“Estamos en completa inconformidad por la negligencia tan grande en este edificio. ¿Quién dio la autorización para que fuera habitado cuando no cumplía los estándares requeridos para eso? Eso tiene una implicación legal.
“Lo único que hizo [la empresa Canada Building] el primer día, fue mandar un correo diciendo que se trata de eventos fortuitos de la naturaleza y la constructora se deslinda de cualquier situación”, acusó.
Troung Thanh Tam, una chica vietnamita de 27 años, estudiante de la Anáhuac, vivió en Zapata 57 menos de un año.
“Tardamos tres meses en buscar un departamento, queríamos un lugar bonito, luego encontramos este sitio, fue increíble porque es céntrico, tiene de todo, son de lujo, tiene patio privado, filtrado de agua, paneles solares, pero cayó”, comentó.
Ayer, en una reunión de vecinos con el abogado Jorge Alberto Márquez Alba, quien se presentó como el representante legal de la empresa Canada Building Group y que fue contratado hace tres días, les informó que es necesario un peritaje estructural, de cimentación y de siniestro, para deslindar responsabilidades.
Los habitantes dijeron que llevara a cabo un estudio de este tipo cuesta alrededor de 150 mil pesos y tarda un mes en llevarse a cabo, por lo que aseguran que se encuentran en la indefensión.