El gobernador Graco Ramírez rechaza que el gobierno de Morelos haya acaparado la ayuda humanitaria para esta entidad, golpeada por el terremoto del 19 de septiembre, y acusa a sus adversarios de implementar una estrategia en su contra para afectar la consolidación del Frente Amplio Democrático.

En entrevista con EL UNIVERSAL, considera “políticamente incorrecta” la afirmación del comisionado de Seguridad Pública del estado, Alberto Capella, de que había “turismo sísmico” que entorpecía labores de ayuda, y rechaza que su esposa Elena Cepeda, encabece las irregularidades.

Pide seguir enviando ayuda a Morelos y dice que el proceso de reconstrucción se manejará con claridad.

¿Es mentira que la policía detenga tráileres y desvíe para acaparar ayuda humanitaria?

—Es un mito, construido [a partir del] video de una gasolinera, [en el que se observa] una patrulla al fondo, ponen un tráiler, no se ve el personaje, se oye la voz, y a una persona que dice: “Me están obligando a ir al DIF, no puedo circular, me tiene secuestrada la policía”. Nunca ocurrió tal secuestro, nunca.

La policía estaba ahí atrás, pero no parando camiones, estábamos en un sistema de vigilancia de las carreteras. Para dar seguridad frente a esta serie de mitos, hicimos un acuerdo público Ejército, Policía Federal y Policía Estatal para dar seguridad a todos.

Incluso llegaron a afirmar que se etiquetaban con “Fuerza Morelos” las bolsas cuando no es cierto, son bolsas transparentes hechas por más de mil voluntarios que han ayudado en los centros de acopio del DIF, quienes arman los paquetes para entregarlos a los 43 albergues y todo ha llegado.

Vino la CNDH y pudo comprobar que no hubo ninguna irregularidad en la distribución y llegada de todos los apoyos institucionales al DIF estatal de Morelos y los DIF municipales.

¿Pero hay acusaciones contra su gobierno?

—Es una campaña exagerada, de desinformación muy fuerte, que nos lastimó, pero, como la gente conoce a Morelos y conoce nuestra trayectoria, ratificaron el seguir apoyándonos y agradecemos que haya ocurrido, porque sigue llegando el apoyo y ahora empieza a llegar para la reconstrucción.

¿Identifica un origen sobre estos señalamientos en su contra?

—Hay una situación muy sensible en la población, malestar y desconfianza y, sí, algunos sectores que se mueven en las redes, que tienen una postura política contraria a la nuestra, pues, evidentemente, tienen el interés de denostar lo que estamos haciendo.

¿Una estrategia?

—Observo que hay una clarísima estrategia de descalificar a todos los liderazgos que hemos impulsado [el Frente Ciudadano por México], fue evidente. Desde el PRD llevo muchos años impulsando la construcción de este gran frente que, me parece, es una alternativa para sacar al país adelante. Así como lo han hecho con dirigentes de partidos, lo comienzan a hacer contra nosotros.

¿Usted ve intención política para desestabilizar su gobierno?

—Sí, claro... inventan campañas de terror. Morelos nunca enfrentó un sismo y la gente que tiene la experiencia de haberlo enfrentado me dice que el problema no es que se tenga una respuesta de emergencia sino cómo reconstruir más de 12 mil viviendas, pues vas a tener al menos 10 mil o más damnificados que no tienen casa y se van a quedar en albergues y eso implica un reto, porque se deben tener alimentos, combatir plagas y atender temas de salud pública en esos albergues y estamos trabajando en eso. Me parece una campaña injusta de desinformación.

Sobre el comentario de que se hacía turismo sísmico y quienes iban a ayudar sólo estorbaban, ¿qué opinión tiene?

—Es un calificativo políticamente incorrecto, pero sí hubo momentos en los que teniamos tal magnitud de gente sacándose fotos en las ruinas de Jojutla o quienes venían con pico y pala a querer derribar casas y muros que incluso tuvimos que llegar a un acuerdo con los presidentes municipales, porque esa gente, al derribarse todo, retiran todo lo que teníamos para el Fonden y los seguros.

Era como un furor de llegar con picos y palas para hacer y deshacer, como si quisieran atender una emergencia que no atendiéramos nosotros, y no es que no la estuviéramos atendiendo, sino que teníamos que esperar a realizar un censo para la aplicación del Fonden, luego demoler y comenzar a reconstruir.

¿Y los señalamientos contra su esposa de querer manipular este asunto?

—La gente que la conoce sabe perfectamente que ella es incapaz de hacer cualquier manipulación política. Además, nuestra vida política está marcada por la lucha contra esas prácticas, ¿cómo vamos a hacer lo mismo que combatimos durante años desde la oposición? Jamás lo haríamos, por convicción política y ética