Estructural. Los Directores Responsables de Obra se han puesto de moda, son los DRO, muchos de ellos irresponsables ◗ Contratar un profesional cuesta miles de pesos y es donde el camino se tuerce; se contrata a quien cobra menos por firmar, pero no supervisa la obra ◗ Los dueños son corresponsables por usar materiales económicos, como el acero chino
Corrupción, falta de seguimiento a la construcción de obras, manoseo, uso de profesionales patito y normatividad desmedida son algunas de las sombras en torno al trabajo de los Directores Responsables de Obras (DRO).
“Los DRO trabajamos bajo oferta y demanda y ahí está el riesgo. Muchas veces le decimos a la constructora: te cobro tantos miles de pesos pero me comprometo a que el proyecto se ajuste a los reglamentos, haré 10 o 15 visitas y estaré al pendiente, pero se les hace caro y, por ahorrarse una lana, se van a parar afuera de las delegaciones donde hay algún DRO que les dice: te firmo por 10 pesos, pero sólo es la firmita y me olvido, no cumplo con la responsabilidad de vigilar”, dijo en entrevista con Crónica Luis Javier Landagaray Espíritu, miembro del Colegio de Arquitectos y uno de los decanos de esta actividad, la cual realiza desde hace más de 25 años.
Esta figura —incorporada a las normas en 1987, tras el terremoto del 85— ha resurgido a raíz del reciente sismo del 19 de septiembre, del colapso de edificios nuevos y de las anomalías en la construcción de otros inmuebles averiados.
Según el artículo 32 del Reglamento de Construcciones de la capital, el DRO es el profesional responsable de observar las leyes en la materia y de otorgar responsivas de obra a las constructoras, con autorización y registro de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).
De acuerdo con Landagaray, los DRO también se enfrentan a constructoras inclinadas a burlar permisos o alterar proyectos, así como a la falta de personal en la Seduvi para emitir sanciones.
“Está muy penado dar la firma para una casa habitación, pero al rato los dueños cambian el uso de suelo y utilizan la construcción como escuela o fábrica, y el tema recae de nuevo en el terreno de los DRO, porque estamos obligados a verificar que el uso de suelo sea para lo que se estipuló en la responsiva”.
—Un paquetote –se le comenta.
—Si el DRO se mete con corruptos al rato le llegarán problemas legales, por eso tenemos la responsabilidad de dar aviso a Seduvi cuando vemos algo mal, pero algunos sí se prestan para las corruptelas, como no van a las obras no se enteran de nada. Nuestra labor no sólo es una firma, esa la regalamos, lo que se cobra es la responsiva, porque va de por medio la tranquilidad y seguridad.
En la CDMX hay registrados 2 mil 500 DRO, pero alrededor de 800 refrendaron su certificación para 2017. El proceso es anual.
Si un peritaje determina deficiencias en la construcción de alguno de los edificios derrumbados o dañados durante el S-19, en especial los más recientes, “las autoridades van a ir en contra del DRO —dice el experimentado arquitecto— aunque habría de considerar la corresponsabilidad de dueños, porque a veces ellos se hacen cargo del material y en lugar de concreto de 250 kilos compran uno de 200, o en lugar de adquirir acero mexicano optan por el chino, que está muy de moda por barato pero no tiene calidad; o compran acero liso cuando se necesita corrugado para adherirse mejor al concreto. En cada caso se requerirá un peritaje”.
—¿Qué autoridad debe sancionarlos?
—La propia Seduvi, pero en específico la Comisión de Admisión de Directores Responsables de Obra y Corresponsables (CADROC), aunque tampoco tienen el personal suficiente para todas las obras. De repente les brinca que haya DRO´s con más de 60 obras al año y surgen dudas lógicas: ¿cómo las supervisaron?, cómo le hicieron para que se adecuaran a la norma? Y es que los DRO tienen la oportunidad de abrir despachos y no supervisan de manera directa las obras, contratan a otras personas para estar pendientes. Entonces son citados por la Comisión para que expliquen, y si no está claro el proceso vienen las sanciones.
—¿De qué tipo?
—Suspensiones de un año, dos años o más. Unos han perdido el título y la cédula profesional por negligencias. Y si hay un evento donde haya pérdidas humanas o casos en los cuales se presentaron documentos apócrifos como permisos o escrituras, se pueden derivar procesos penales.
—¿Por qué 800 DRO´s vigentes en la ciudad?
—Es demasiada responsabilidad, y no hay valorización. Cobras por la responsiva y te contestan: el maestro Juan me hace la obra por cinco pesos.
—¿Son suficientes?
—Definitivamente no, ¿cuántos inmuebles hay en la ciudad? Y menos después del boom inmobiliario que se dio tras la liberación de la Norma 26 (que incentivó la vivienda popular) promovida por López Obrador: justificó que la ciudad tenía gran infraestructura y había zonas habitadas por puros viejitos, entonces abrió la norma en delegaciones que hoy tienen grandes problemas de infraestructura, agua y estacionamientos.
—¿Dónde queda la responsabilidad de las autoridades delegacionales?
—Cuando alguien va a construir lo primero que hace es presentar su proyecto, el DRO lo revisa y da su responsiva; ese proyecto se ingresa a la delegación, que lo único que hace es verificar que se cumplan cuestiones administrativas como alineamiento, uso de suelo y escrituras, lo sella y hasta ahí, ya no hace ninguna visita. Durante el proceso de verificación administrativa el INVEA puede programar visitas, pero sólo si hay quejas vecinales. Antes había inspectores, pero sólo llegaban a delinquir. Las delegaciones eludieron la responsabilidad, sólo dicen: tienes un uso de suelo permitido hasta tres niveles, pero algunas constructoras se hacen de la vista gorda y construyen seis o siete niveles, al final la responsabilidad es del DRO.
—¿Qué hay de la normatividad?
—Hay más de 500 normas en la materia, entre técnicas, oficiales mexicanas y arquitectónicas, son demasiados artículos. Habría que revisarlas…
—¿Es uno de los retos, a la luz de la tragedia?
—El principal es que los DRO seamos éticos, estar pendientes de las obras a las que otorgamos responsivas, vigilar que no violen reglamentos y darles seguimiento. Somos la herramienta para evitar daños. Las autoridades sí tendrían que intervenir en este rubro, porque hay muchos compañeros que dejan el trabajo abandonado, a la deriva…
¿Qué son los DRO?
Arquitectos o ingenieros independientes que deben responsabilizarse de las obras en la ciudad y vigilar que cumplan con la normatividad.
¿Quién los contrata?
El dueño de la obra
¿Qué autoridad los certifica y sanciona?
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.
¿Qué requisitos deben reunir?
Tener cuando menos cinco años de experiencia en construcción; presentar una carpeta sobre una obra específica, la cual será evaluada; someterse a un examen oral frente a cinco sinodales y realizar un pago de entre 1300 y 1450 pesos. El resello es anual y además de los requisitos anteriores, deben cumplir 32 horas de actualización avaladas por sus colegios.
¿Qué son los corresponsables de obra?
Otra figura contemplada en el Reglamento de Construcción. Son ingenieros o arquitectos enfocados a supervisiones específicas como diseño urbano, instalaciones eléctricas, estructura y protección civil, aunque coordinados por un DRO.