El sismo del pasado 19 de septiembre provocó el desgajamiento de los cerros Chomeyo y la Joya de Huizintla
Desde hace tres días, grandes avenidas de lodo provenientes de las faldas del volcán Popocatépetl mantienen temerosos a vecinos de los municipios mexiquenses de Atlautla y Ozumba.
Si nos da temor, porque por lo menos, yo vivo en medio de dos barrancas, a mí me llega esta y me llega la otra, y mire ya enzolvó demasiado. El lodo ha empolvado y hay momentos que cuando viene más fuerte se oye como que retumba, no es un río normal", señaló María de los Ángeles Ibáñez, vecina de San Juan Tehuixtitlan.
El problema derivó luego de que el temblor del pasado 19 de septiembre ocasionó que se desgajaran los cerros Chomeyo y la Joya de Huizintla, ubicados en las faldas del Popocatépetl.
Ladislao Rocha Martínez, titular de Protección Civil de Atlautla señaló que desde ayer la coordinación de Protección Civil del Estado de México informó que "venia una avalancha de lodo negro. A raíz del temblor del 19 de septiembre nos dieron la información que dos cerros se deslavaron en la parte alta de la sierra, de la parte dallar del Popocatépetl a la altura del paraje llamado las cazuelas", añadió.
Los derrumbes crearon una represa, que con las constantes lluvias ha ido deslavando, arrastrando toneladas de lodo que en las partes bajas de la barranca ha alcanzado hasta un metro de altura, sobre todo en la barranca de Nexpayantla.
Yo vivo en medio de dos barrancas, igual la gente del centro, cualquier cosa ya no tendríamos por donde salir porque si afectara el puente de aquí y el puente de allá, imagínese, por aquí pasan dos barrancas, si esta y camina por ella y como a dos kilómetros hay otra barranca que pasa, entonces si es preocupante, por donde saldríamos", señaló María de los Ángeles Ibáñez.
Desde el sismo, los vecinos de estas comunidades, de las más afectadas, ya no duermen tranquilos.
En el día, ni en la noche, ya no está uno tranquilo; yo duermo en una casita de dos pisos y tiene una o dos fracturas, ya la vinieron a ver, me dijeron que era habitable pero, ya no duerme uno tranquilo, por temor a que vuelva a temblar o el volcán, ya no duerme uno tranquilo”, señalaron
Las autoridades municipales están esperando ayuda para poder limpiar la barranca que mide más de 14 kilómetros y que baja desde el volcán para evitar mayores contingencias.