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Reabre la SCT dos carriles en el Paso Exprés

 

Continúan los trabajos en el cuerpo A del libramiento

Diez familias siguen sin acceso

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Aldesa y Epcor, empresas contratadas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para la construcción del Paso Exprés, en Cuernavaca, Morelos, finalizaron ayer los trabajos de reconstrucción del cuerpo B de la vía –donde el pasado 12 de julio se formó un socavón en el que murieron dos personas– y se reabrieron dos carriles del sentido sur-norteFoto Rubicela Morelos
 

Tres meses y 10 días después de que en el Paso Exprés de la Autopista del Sol México-Acapulco se abrió un socavón en el que murieron dos personas, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) reabrió dos carriles, de sur a norte.

A las 7:30 horas de ayer se permitió la circulación en el cuerpo B del libramiento, en el sentido Acapulco-Ciudad de México, ante el director general del Centro SCT Morelos, Héctor Armando Castañeda Molina.

El funcionario informó que continuarán los trabajos en el cuerpo A, en el sentido de la Ciudad de México hacia Acapulco, y se pretende finalizar las obras en las primeras semanas de diciembre próximo.

Vecinos del poblado de Chipitlán, contiguo al Paso Exprés, dijeron que al mediodía de ayer los dos carriles laterales de ambos sentidos estaban abiertos, pero los seis centrales seguían cerrados.

Las reparaciones en el libramiento, cerca de la barranca Santo Cristo, donde el 12 de julio se hundió la cinta asfáltica, dejaron sin acceso en vehículo a unas 10 familias que habitan a la altura del kilómetro 93 + 800 y tenían un taller mecánico, uno de cerámica y un negocio de venta de piezas de cantera.

El Paso Exprés fue inaugurado el 5 de abril por el presidente Enrique Peña Nieto; el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, y el gobernador de Morelos, Graco Ramírez.

Ese día Ruiz Esparza detalló que el libramiento costó más de 2 mil 200 millones de pesos (mil 168 millones más de lo previsto en la licitación LO-009000999-T422-2014) y las obras tardaron más de dos años.

Se cambió de asfalto a concreto hidráulico, material mucho más resistente que garantiza una durabilidad de más de 40 años, aseguró. Sin embargo, tres meses después se abrió un boquete en el que perecieron dos personas.

Las constructoras Aldesem (filial de Grupo Aldesa) y Epcor, contratadas por la SCT, no cambiaron una alcantarilla que pasaba debajo de la vialidad y colapsó cuando ésta fue ampliada de cuatro a 10 carriles.

Casi 20 días después de que se abrió el socavón, las empresas constructoras del Paso Exprés se deslindaron de obras que no les correspondían y señalaron que su contrato incluía sólo trabajos especificados y no el diseño del proyecto.

Para trabajos diversos, supervisión y proyectos de la obra, entre otras actividades, se realizaron por lo menos 14 licitaciones o adjudicaciones directas o por invitación.

Luego de que Ruiz Esparza admitió que hubo negligencia y fallas de funcionarios y del sector privado, Aldesem y Epccor manifestaron que ellas no diseñaron el proyecto porque no era parte del contrato.

Irregularidades de principio a fin

Mientras duraron las investigaciones y autoridades federales, estatales y empresas intercambiaban acusaciones, los vecinos afectados por las obras, sobre todo los del andador Mitre, en Chipitlán, instaron a la SCT y a las constructoras a acelerar la reparación o sustitución del drenaje roto, pues padecían constantes inundaciones de aguas residuales.

La auditoría realizada por la Secretaría de la Función Publica (SFP) a las obras del Paso Exprés, dada a conocer en septiembre pasado, mostró 22 irregularidades que abarcan prácticamente todo el proceso, desde la licitación hasta pago excesivo a las empresas por una obra que costó el doble de lo previsto.

El costo original de la obra ascendía a mil 45 millones y se disparó a más de 2 mil millones.

En las conclusiones, que fueron notificadas a la SCT, la SFP señaló un conjunto de irregularidades desde los procedimientos de licitación y/o adjudicación, trabajos sin comprobación documental, pagos en exceso, inadecuada planeación de la obra y de los servicios relacionados, mala supervisión de los trabajos y deficiente coordinación del proyecto.

Asimismo, se reportaron omisión de las recomendaciones técnicas durante los trabajos en el kilómetro 93 + 857, deficiencias en el manejo y control de las bitácoras de obra y servicios relacionados, así como fallas en la elaboración del finiquito de contratos. Prácticamente en cada etapa del proceso de construcción se detectaron irregularidades.

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