CIUDAD DE MÉXICO.

El aspirante a la candidatura presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, afirmó que el reto central en 2018 será escoger entre la construcción de un país unido o uno dividido, un país de instituciones o un retorno al caudillismo.

Meade, en entrevistas con Pascal Beltrán del Río y Yuriria Sierra, para Imagen Radio e Imagen Televisión, aseveró que la seguridad es un tema central, “porque si se pretende que México sea potencia, la seguridad debe ser materia central”.

 Meade Kuribreña afirmó que está preparado  para enfrentar la guerra sucia y los ataques del líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

 “Estoy preparado. Porque siempre he estado preparado a tener batallas donde se defienden y se contrastan  ideas, se discuten políticas públicas, se generan consensos alrededor de soluciones y de modificaciones institucionales”, afirmó.

 Ante los adjetivos de señoritingo  y pelele con los que lo calificó López Obrador, José Antonio Meade lo llamó, veladamente, “caudillo populista” y dejó en claro que los dichos del  tabasqueño ponen en evidencia su poca capacidad de debatir.

Agregó que “estas calificaciones vuelven a ilustrar el populismo y el tipo de gobierno y de campaña que estamos viendo”.

Meade enfatizó que “si en vez de movernos hacia las propuestas y hacia la definición de fondo, lo más que en el debate plantea Andrés Manuel es una descalificación por adjetivos, de alguien que piensa distinto de él, la verdad es que la pobreza en el debate es tan pobre como la calidad de sus propuestas”.

Lo que vemos, recalcó, “es una gente que no sabe debatir con ideas, y que, por lo tanto, no sería capaz de proponerlas, para efecto de un país mejor”.

Respecto de la propuesta de Morena en materia educativa, como el eliminar los exámenes de ingreso a educación superior, Meade afirmó que, “si se tiene un buen diagnóstico, pero una mala solución, eso llevará a la debilidad de finanzas públicas, a  romper espacios de participación, de diálogo, de  capacidad de atraer capital e inversión y  a romper la posibilidad de que quien vaya a una escuela  sea reconocido con oportunidades laborales porque no se puede  juzgar la calidad de quien egresó de una oportunidad de educación superior.

 Llamó  a contrastar entre un régimen populista, “en el que las decisiones las toma un solo hombre; un solo hombre que se convierte en caudillo,  un solo hombre que busca además, que sus decisiones no sean cuestionadas”, no como en el caso del PRI “donde  se dio una consulta amplia a la Asamblea, que construyó una nueva institucionalidad, con los cambios en los  estatutos,  que invita a los simpatizantes, y éstos buscan el concurso y el apoyo de los sectores y organizaciones”.

 En el otro caso, —en referencia a AMLO y a Morena— “tenemos un entorno en donde todo lo resuelve  una sola persona, sin contrastar, sin discutir, sin armonizar, sin acordar”, al tiempo que destacó que no solamente hay “populismo económico” sin “populismo unipersonal”,  con “forma  casi, casi de Mesías, con cargo a la cual se toman las decisiones”.

 Advirtió que ese retroceso democrático, “nos vuelve casi a la época de los caudillos, antes de que México empezara a construir instituciones”. Por ello, afirmó que México tiene que ser un país que avance en abrir espacios de educación superior, para que esa educación superior sea de calidad, “se tienen que abrir espacios para que haya participación en la economía, pero  que esa participación sea del ciudadano y no del Estado”.

 Meade Kuribreña afirmó que “le da igual” contra quien tenga que contender. Detalló que “si le entré a esto, no es porque veo a uno o dos competidores, le entré porque voy a ganar,  y por lo tanto, me da igual quién sea el otro competidor”.

Lo que me anima a participar, enfatizó, “es que al final va a prevalecer solamente una alternativa que es la mejor, y esa es la que vamos a construir nosotros”, al tiempo que  aseguró que ve no sólo entusiasmo dentro del PRI, sino entre panistas, perredistas y ciudadanos, para encontrarle alternativa, rumbo y solución a los problemas que aquejamos”.

 Y “me parece que es en el diálogo, en la pluralidad, en el debate, donde debemos construir un México unido”, al alertar que el reto en el proceso electoral será escoger entre un país unido o un país dividido.

 “Un país en donde sigamos hablando de ellos y nosotros, o un país en donde todos juntos construyamos una dimensión de futuro”.

 Respecto de las fotos que circulan en redes sociales y en medios, con algunos gobernadores priistas que enfrentan procesos judiciales por corrupción, José Antonio Meade,  afirmó que con 20 años en el servicio público, “he trabajado y coincidido con muchos personajes de la vida pública, y en todo ese trabajo y toda esa trayectoria me ha distinguido honorabilidad e integridad”.

 “Veo con tristeza y con pena cuando cualquiera que está en un servicio público, incumple con esa confianza que le dio el ciudadano”, pero se dijo a favor de deslindar responsabilidades contra  quien cometa cualquier irregularidad.

Aunque dijo que  “no se encuentra en la etapa de propuestas” para atacar problemas como la corrupción, en lo que sí está claro, es ”que como un eje rector, si queremos ser potencia, tenemos que ser un país de leyes, y  si queremos ser un país de leyes, tenemos que estar ciertos en que cada ley que se infrinja, tenga consecuencias”.

  “En eso, siempre he sido un actor convencido”, recalcó.

 En materia de seguridad, dijo que a lo largo de su carrera, “cada vez que  vemos un problema en México,  hemos enfrentado primero el reto de hacer un buen diagnóstico, y luego el de construir una buena institución  que nos permita hacerle frente” al problema, porque, “si queremos que México sea potencia, es que tengamos seguridad en las calles”.

 El problema, dijo, tiene varias dimensiones, la primera tiene que ver, con un cambio en la forma como se comercia la droga en el continente americano.

“Se cierra la ruta del Caribe, y eso implicó que por mucho tiempo empezáramos a ver una infiltración de muchas de estas organizaciones delincuenciales dentro del país, en el ánimo de construir aquí rutas diferentes”.

Y esa infiltración,  junto con un acceso a armas, sobre todo después de que se eliminó la restricción de armas de alto poder en EU, “ha llevado a una muy mala combinación entre bandas delincuenciales que están buscando  controlar territorio y rutas. Y acceso a armas que están generando enfrentamientos cada vez más violentos”.

 Este es un fenómeno que se materializó con una gran violencia, sobre todo en el norte del país y en estados  como Guerrero, pero que “ha venido cambiando el fenómeno y también la violencia, en términos de su ubicación geográfica”, afirmó.

 “Si hoy ve uno los mapas de violencia, esta tendió a decantarse hacia el sur, y una parte muy importante del  incremento en la violencia se da en estados como Colima, pero también en Baja California, lo cual es muy probable que esté vinculado con  que ahora el mercado del narcotráfico ha empezado a migrar a las metanfetaminas, y por lo tanto,  la violencia migra hacia donde tenemos concentración de  puertos, además de los puntos fronterizos.

 Éste, dijo, es uno de los elementos que seguramente influye en la violencia y que   “nos lleva  a que vayamos, teniendo en el tiempo y   contra ese diagnóstico, que elaborar un conjunto de propuestas y de cambios en la institucionalidad”.

 “Que reconociendo cuales son los retos puntuales, empezando por el de las armas, nos de un espacio en nuestra arquitectura de gobierno, para poder empezar el diagnóstico, con la propuesta de solución”.

 Por otro lado, dijo que el país “está viviendo otros momentos, otras circunstancias, otras liturgias”, que llevarían a dejar de lado el tener que deslindarse del gobierno saliente, y tomar distancia de Enrique Peña Nieto , en caso de  llegar a Los Pinos.

 “Ese empeño que se tiene de  querer reconstruir el país cada seis años, de querer reinventarlo,  la verdad es que al país le ha costado mucho”, afirmó”.

 “Yo creo que ese ritual, —enfatizó—, de la distancia, tenía sentido en un partido único en donde no había aires democráticos, en donde no había una contienda real, pero la verdad es que en este momento, centrar la atención en un tema que solamente ha representado un retroceso para el país, es una mala idea”, agregó.

Lo que se tiene que hacer hacia adelante, “lisa y llanamente es ver qué está funcionando y defenderlo”.

 Llamó a acabar con la práctica de querer descalificar todo lo que se ha venido haciendo y querer reinventar al país cada seis años, “querer volver a empezar en cada uno de los temas,  para concentrarnos en ver dónde la realidad nos apunta que nos estamos quedando cortos y ahí sí construir decisiones y consensos alrededor de lo que necesitemos para convertir a México en una potencia”.

 Sobre los personajes históricos, que influyen en su vida, son tres, que a su juicio le dieron al país el tipo de liderazgo que necesitamos.

“Primero, y sin duda, Morelos; que nos deja un mapa casi, de cómo construir nuestras primeras instituciones, un mapa de ruta de cómo fortalecer nuestra constitución, y cómo darle rumbo e identidad a la nación.

Juárez, que enfrenta un reto parecido y que lo enfrenta de la misma manera,  por la vía de ver diferentes anhelos y diferentes propuestas, para plasmarlos en la Constitución del 57 y en la misma lógica Carranza, que enfrentaba un país con legítimos agravios y que logró,  por la vía de un ideario reflejado en una constitución, y por la construcción de las instituciones,  que México fuera teniendo rumbo”.

Me parece que esa es “la receta que debiéramos de seguir: ver cuál es el reto, cuál la dificultad y construir y resolverlo por la vía de construcción de instituciones”.