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"Gano Puebla o me voy casa": Barbosa

Dice que en Puebla, Moreno Valle obstruye piso parejo para comicios; si pierde gubernatura poblana, Senado será su último cargo, afirma
 

Miguel Barbosa afirma que va a ganar la gubernatura de Puebla y, de no lograrlo, la senaduría que hoy tiene será el último cargo político en su vida.

En entrevista con EL UNIVERSAL, sostiene que él puede desdeñar el poder, ya que en la izquierda son unos “arrogantes respetuosos”.

“No somos sumisos. Para mí, si soy gobernador, será mi último cargo político en la vida; si no lo soy, ser senador [habrá sido] mi último cargo político en la vida”, dice.

Afirma que sus ex compañeros del PRD ya no son izquierda y la coalición que armaron con el PAN los llevará al “basurero de la historia”.

Echado para adelante, dice: Andrés Manuel López Obrador construye el momento para el cambio de régimen y cada día más gente de todos los sectores se suma a su propuesta, porque están hartos de la corrupción e impunidad, así como de los problemas de la economía, empleo, salarios. “La unidad se llama López Obrador”, frasea.

Hoy el poblano que fue presidente del Senado iniciará su precampaña por la gubernatura de Puebla, con cinco días de gira al lado de López Obrador en las regiones del estado, y ya está ocupado totalmente para ganar, dice, contra un adversario: el ex gobernador Rafael Moreno Valle, quien, “a través de su esposa Erika Alonso busca la reelección”. Barbosa se refiere a él como a un “monstruo”, por autoritario, corrupto y déspota.

Advierte que va a una contienda sin piso parejo, porque el ex gobernador tiene el control de los órganos electorales. Dice que todos son vulnerables y cuando se le pregunta si tiene miedo, responde que tiene preocupación. “Tengo familia, me preocupan los excesos”.

Listo para iniciar su licencia al escaño, Barbosa afirma que López Obrador será Presidente de la República y Morena ganará cinco de las nueve gubernaturas en juego y tendrá mayoría en el Congreso de la Unión.

Dice que el partido que llegará al poder en México es de izquierda, pero no socialista. Morena va acompañado de perfiles tan disímbolos como el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, el actor Sergio Mayer, por ejemplo, a quienes no se les puede pedir una posición ideológica, pero basta con que comulguen con las propuestas partidistas, que tengan una actitud de solidaridad, de respeto a los derechos humanos ante la vida y que se rebelen contra la injusticia y la desigualdad.

¿Cómo percibe 2018?

—Este año es la conclusión de una administración pública fracasada y que crea condiciones sociales de inconformidad, enojo, hartazgo y provoca la convicción en el pueblo de México de que es el momento obligado para una transformación.

¿La izquierda tiene una ruptura, está debilitada, es competitiva para llegar a las urnas?

—Si te refieres al PRD, ya no es izquierda. Es parte de la estrategia de la derecha. Hizo una alianza con el PAN para sobrevivir, para su registro. Si te refieres a Morena, estamos unidos, fuertes, es el único partido que crece: tenemos un líder extraordinario al que todos seguimos: la unidad se llama López Obrador, proyecto alternativo de nación, principios y convicciones de Morena. Estamos muy fuertes.

Señalaba usted que el PRD se iba a convertir en el cabús del PAN. ¿Encuentra esto?

—Está a la vista. Supe de toda la confabulación de los dirigentes del PRD y gobernadores para ser parte de una coalición en 2018 con el PAN, jugaron como ellos saben hacer: siempre ser funcionales al poder y el PAN los lleva al basurero de la historia. En adelante seguirán siendo un membrete al servicio del poder. Cuando observé que el partido en el que estaba ya no era de oposición real, decidí apoyar a López Obrador.

¿El Frente es bueno para el partido en el poder?

—Por México al Frente es burocrático, no recoge las aspiraciones de segmentos sociales sin partido. Está convirtiéndose en un frente familiar. Vas a ver cuántas candidaturas familiares faltan en cada gobierno, en cada uno de los partidos de ese Frente.

¿La unidad de Morena es la unidad de la izquierda?

—La izquierda en México se llama Morena, no se llama PRD.

¿Cómo puede entender la sociedad un partido de izquierda en el que un futbolista es candidato a gobernador (Cuauhtémoc Blanco), donde un actor también tiene incursión en la política (Sergio Mayer)? ¿Cómo entender esos perfiles dentro de la izquierda?

—La izquierda debe ser entendida como una actitud frente a la vida, una actitud de la persona, del ser humano, hombre o mujer, de frente al hecho político, social, cultural, económico.

Aquel que tenga un espíritu solidario, una forma de pensar que esté siempre cercana al respeto de las libertades, de los derechos humanos, que se rebele contra la injusticia y el atropello, que luche contra la desigualdad, es de izquierda, aunque no tenga una formación ideológica como tal.

Sergio Mayer siempre ha estado del lado de causas sociales, acá en el Senado estuvo muchas veces en temas de derechos humanos y sociales. [Cuauhtémoc] Blanco ya dio muestras de que puede ser un gobernante eficaz. Yo no le pediría a Cuauhtemoc Blanco una definición ideológica de izquierda, le pediría que asumiera una posición de gobierno transparente, austero, eficaz, eficiente, orientado con políticas públicas de fuerte contenido social.

¿Esta movilización, fenómeno nuevo en el país, hacia dónde nos puede llevar?

—A un destino: que López Obrador sea Presidente de México, que Morena tenga mayoría en las Cámaras del Congreso, que Morena y su coalición ganen al menos cinco gubernaturas [Ciudad de México, Tabasco, Chiapas, Veracruz y Puebla] de nueve en disputa, que podamos generar una transformación del ejercicio del poder y que podamos reencauzar la vida pública.

¿Y las mayorías en el Congreso?

—Espero que sí. La gente ya entendió que una Presidencia de la República, para que pueda cumplir todo su programa y alcanzar su estrategia, requiere de mayoría en el Congreso.

¿Morena es democrático?

—Morena tiene procedimientos ante los cuales hay unanimidad en su aprobación. Unanimidad. Yo estoy siendo casi responsable de conducir un proceso de candidaturas en Puebla, donde la apertura fue real y la definición es por mediciones, no por dedazos. Seré precandidato y estaré en precampaña y no tengo influencia en la definición de ninguna candidatura, porque todas son con encuesta. Que nos digan cómo lo hacen PRI y PAN.

¿Usted va a trabajar para ganar la gubernatura?

—Voy a ganar Puebla.

¿La contienda es pareja, hay piso parejo en Puebla?

—No hay piso parejo. Hay un gobernador que está sometido a [Rafael] Moreno Valle, que va a disponer de los recursos públicos del estado a favor de la esposa de Moreno Valle, a favor de su hijo como candidato a senador. Un gobernador que desde el morenovallismo controla los órganos electorales, la justicia electoral, que está instalando casillas a modo. Moreno Valle, carismático, encabezó ese momento, pero después se volvió un monstruo.

¿Por qué lo llama así?

—Es totalmente autoritario, totalmente corrupto, totalmente déspota.

¿Es usted vulnerable ante un poder de ese tamaño?

—Sí. Todos somos vulnerables y cuando me dicen si tengo miedo o no, digo: ‘Tengo preocupación’.

¿Qué le preocupa?

—Tengo familia. Me preocupan los excesos, pero es el papel que me tocó jugar. Tengo una familia resuelta y sabe lo que estoy haciendo, que Puebla no merece un gobierno codicioso, de rateros, que restringe libertades a los opositores. No estoy exagerando.

Ámbito: 
Nacional
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