Ante la propuesta de reforma constitucional que abre la posibilidad de legalizar los matrimonios de personas del mismo sexo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseveró que las uniones son sólo entre hombre y mujer, y advirtió que ‘‘ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad’’.
La CEM llamó a ‘‘estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevan’’ esos cambios legislativos y resaltó que ‘‘no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia’’.
El cardenal José Francisco Robles Ortega, presidente de la CEM, y el obispo auxiliar de Monterrey, Alfonso Miranda Guardiola, secretario general del organismo episcopal, remarcaron que ‘‘toda persona, independientemente de su orientación sexual, ha de ser respetada en su dignidad y tratada con compasión y delicadeza, procurando evitar todo signo de discriminación injusta, y particularmente cualquier forma de agresión y violencia’’, tal como expresa el papa Francisco en su reciente exhortación apostólica La Alegría del Amor.
Los jerarcas católicos añadieron que los obispos mexicanos ‘‘valoramos todas las propuestas y acciones que promuevan el reconocimiento y protección de los derechos de todos y el deber que cada persona tiene de respetar la dignidad de los demás’’, y subrayaron que es ‘‘prioritario evitar todo tipo de discriminación’’.
El Episcopado está en ‘‘plena sintonía con las palabras del Papa, expresadas en la más reciente exhortación apostólica y en concordancia con la enseñanza de la Iglesia recogida en diversos documentos magisteriales y la enseñanza sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer’’.
Apuntaron que en ‘‘una sociedad en la que ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad, reconocemos la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio’’.
De parte de la CEM existe ‘‘voluntad de servir en la construcción una sociedad mejor, en la que nadie se sienta discriminado y solo’’.
Por su parte, Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), consideró que este anuncio de la administración federal se enmarca en el proceso comicial.
‘‘Esto que está haciendo el Presidente de la República es algo que tiene que ver con las campañas electorales que se están dando en este momento y la caída vertiginosa de simpatía que tenía, para mostrarse como un jefe de Estado progresista’’.Añadió que ‘‘la posición de la Confraternice no ha cambiado; nosotros creemos lo que dice la Biblia: Dios hizo al hombre y a la mujer’’