La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) rechazó la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto para garantizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, por ser una “unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida que no asegura el futuro de la sociedad”.
El martes pasado, el mandatario envió al Congreso de la Unión dos iniciativas, una constitucional para establecer como derecho humano el matrimonio igualitario, y una más para modificar el código civil federal, con el fin de que la unión se pueda realizar sin discriminación entre personas mayores a 18 años.
Al respecto, la CEM aseguró que valorará todas las propuestas y acciones que promuevan el reconocimiento y protección de los derechos y el deber que tiene cada individuo por respetar la dignidad de los demás.
Sin embargo, afirmó que lo creado nos precede y debe ser recibido como don, al tiempo que enfatizó que los seres humanos estamos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada.
El episcopado reconoció que en la actualidad existe una sociedad en la que ya no se advierte con claridad “la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer”, para cumplir la función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad.
En un comunicado, la CEM reconoció la existencia de una gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero “las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”.
Frente a ello, afirmaron que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Por separado, el obispo de la Diócesis de Texcoco, Juan Manuel Mancilla, sostuvo que el tema de los matrimonios gay debe respetarse con profundo apego a los derechos humanos, pues se trata de seres que también forman parte del reino de Dios.
Admitió que es un tópico que no ha sido comentado por el papa Francisco desde El Vaticano; “que yo sepa no se ha abordado. La Iglesia tiene sus leyes y su estilo claro, con sus principios, y seguirá viviéndolos y dejará en libertad a esas personas”.
Agregó que la Iglesia no debe quedar al margen de estos temas, pero hay muchas cosas que hay que resolver, como la pobreza en el país.
En tanto, el vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, aseveró que los llamados “matrimonios homosexuales” ni remotamente pueden compararse con el verdadero matrimonio.
En entrevista para MILENIO Televisión, señaló que no hay manera de que “así se les llame siquiera”, toda vez que no tienen los elementos antropológicos básicos para que se les pueda denominar un matrimonio.
Informó que tanto a la arquidiócesis como al Cardenal Norberto Rivera, les ha preocupado que esta iniciativa venga del presidente Peña Nieto.
“Creemos que en el país hay verdaderos problemas que agobian a la sociedad como el narcotráfico, la inseguridad, la pobreza; son temas donde verdaderamente se deberían canalizar los esfuerzos legislativos”.
Calificó de triste y lamentable que sea el mismo Presidente quien haya tomado una iniciativa de este tipo, “que atenta contra las familias mexicanas, ya que está socavando los valores fundamentales de los que se ha formado la nación mexicana, uno de ellos es la familia”.
Sobre el tema, Víctor Solís, vocero de la Arquidiócesis de Durango, indicó a título personal que la Iglesia es respetuosa de “todos los hijos de Dios”, pero no comparte la idea de que a estas uniones se les reconozca como matrimonios.
“Sin discriminar estas uniones, que como personas merecen todo nuestro respeto por ser hijos de Dios”, aclaró que a este tipo de uniones no se les puede llamar “matrimonio”, porque el matrimonio hace alusión a la unión de hombre-mujer, particularmente distingue el papel de la mujer, y la capacidad de procrear la vida.
En su oportunidad, el vocero de la iglesia católica de Oaxaca, José Barragán, advirtió que el clero “nunca aprobará los matrimonios entre el mismo sexo”.
Aunque afirmó que la labor de los religiosos es defender los derechos de los desiguales, “como son las personas con preferencias sexuales distintas”, jamás apoyarán su unión, “aunque venga por decreto presidencial”.
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