El índice de precios al consumidor registró una tasa interanual de 5.55 por ciento en enero de 2018; una caída significativa comparada con lo registrado en diciembre de 2017, cuando llegó a un máximo de 6.77 por ciento; sin embargo, esto no significa que hayan desaparecidos los riesgos al alza para que este indicador no vuelva a repuntar, señaló Banco Base.
De acuerdo con el Inegi, la inflación registró un avance de 0.53 por ciento en comparación con el mes anterior, cifra por encima de lo estimado por el consenso de 0.49 por ciento, lo cual se explica principalmente por un incremento en los precios de la gasolina de bajo octanaje y del gas LP; en tanto, la inflación subyacente (que no toma en cuenta ni los energéticos ni los productos agropecuarios) tuvo un repunte de 0.28 por ciento, mes contra mes.
Es de destacar que aunque en enero se registró una reducción importante en los precios al consumidor, de 5.55 por ciento, es la segunda tasa más alta para un mismo mes desde 2009, cuando la inflación llegó a 6.28 por ciento.
En un análisis, Banorte Casa de Bolsa, detalló que el repunte en los precios de los energéticos fue mitigado por la caída en frutas y verduras y otros servicios. En este sentido, los precios de los energéticos se incrementaron 2.44 por ciento en comparación con diciembre, impulsados por el componente de gasolina de bajo octanaje que tuvo una variación de 3.19 por ciento y el gas LP, con 2.99 por ciento.
“Cabe mencionar que la fuerte caída en el mes se debe a un efecto de base, ya que la inflación en el mismo periodo del año anterior mostró un fuerte incremento derivado de la liberalización de los energéticos. Esperamos que la inflación continúe mostrando una tendencia a la baja, para finalmente cerrar 2018 en 4.3 por ciento”, mencionó.
Por su parte, Citibanamex afirmó que la reducción de 6.77 a 5.55 por ciento es el reflejo de un fuerte descenso en la variación anual del índice no subyacente, a 8.4 por ciento, de 12.6 por ciento en diciembre, debido a que en la medición anual se disipó el efecto del fuerte incremento de los precios de las gasolinas, registrado en enero de 2017. Por lo anterior, reiteró su pronóstico de inflación para este año, de 4.1 por ciento.
Al interior del reporte, el Inegi detalló que las frutas y verduras cayeron 1.93 por ciento en el mismo periodo, derivado del retroceso de 18.11 por ciento en el precio de los jitomates; una caída de 13.64 por ciento en la cebolla y un caída de 18.76 por ciento en los chiles frescos.
Los plátanos y las papas mostraron un incremento de 20.21 y 10.24 por ciento a tasa mensual, respectivamente. Adicionalmente, el precio del huevo aumentó 7.71 por ciento, lo que implicó que el componente de pecuarios avanzara 1.35 por ciento, en comparación con diciembre.
El índice no subyacente registró una caída de 0.31 por ciento de otros servicios, dado el retroceso de 39.44 por ciento en las tarifas aéreas y 9.8 por ciento en los servicios turísticos en paquete; sin embargo, las loncherías, fondas, torterías y taquerías mostraron un alza de 0.88 por ciento; en tanto que los restaurantes y similares subieron 0.96 por ciento.
Asimismo, la educación mostró un incremento de 0.44 por ciento, tras un avance de 1.06 por ciento en las colegiaturas universitarias; mientras que el componente de alimentos procesados mostró un repunte de 0.9 por ciento, a su vez que otros bienes se incrementaron 0.27 por ciento.
El Inegi comparó que en enero de 2017, la inflación fue de 1.70 por ciento y la anual se ubicó en 4.72 por ciento.