El primer tramo de un muro que se construirá en la frontera entre Calexico, California, y Mexicali, en Baja California, en reemplazo de una barrera construida en 1995, sorprende por sus dimensiones y contrasta con otras piezas de metal que han sido usadas para lo mismo: separar a dos países.
En un paraje ubicado en la colonia Fronteriza, al oeste de Mexicali, una estructura metálica destaca entre pinos salados, palo verde, mezquites, palmas, guajes y eucaliptos que guarecen a pichones, gallaretas, correcaminos, conejos y hasta codornices.
Este primer trecho es una estructura formada por polines de hierro de 9 metros de altura y enterrados a 2 metros de profundidad para delimitar el lindero de Estados Unidos con México.
Representa el primer contrato de construcción de la valla fronteriza en el gobierno de Donald Trump, aparte de los ocho prototipos diseñados por tres empresas, presentados en octubre pasado en San Diego, California. Es el comienzo del plan del republicano de construir un muro grande y hermoso
con México.
Se desconoce el impacto ambiental que la construcción tendrá en la región, pues tanto la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos carecen de manifiestos, toda vez que la administración Trump desestimó toda revisión en la materia en la zona binacional.
La empresa SWF Constructors de Omaha, Nebraska, obtuvo el contrato por 18 millones de dólares para reemplazar la barda en Calexico. Abarca una zona dividida en dos por el río New, usada por traficantes de personas para cruzar California por el afluente más contaminado de la frontera sur de Estados Unidos.
Las obras, que incluyen un puente sobre el cauce, comenzaron el 19 de febrero y se realizarán a lo largo de 300 días. Concluirán en la última semana de noviembre y coincidirán con la inauguración del nuevo puerto fronterizo que sustituirá las viejas instalaciones de la garita de Calexico con Mexicali.
Para abrir las zanjas, los trabajadores utilizan excavadoras; luego colocan los polines, a los que denominan perfiles estructurales HSS, arman un entramado de varilla para soportar su peso y cuelan concreto con una revolvedora portátil, explica el arquitecto mexicano Juan Palmas. Advierte que para el fraguado del concreto colocan contratrabes en la superficie, que permiten reforzar la cimentación y rigidizar
la estructura.
Ante la mirada de los policías municipales que vigilan el área para evitar el paso de migrantes en la zona suburbana de Mexicali, los trabajadores hacen maniobras en ambos lados de la frontera: la mayor parte en un predio del condado Ymperial, pero cruzan a territorio mexicano para rellenar las zanjas y colocar los cartabones que refuerzan el muro metálico.
De lado estadunidense, agentes de la Patrulla Fronteriza resguardan la zona donde obreros de la empresa contratada por el gobierno de ese país quitan las láminas de material reciclado que se colocaron en 1995 para levantar este nuevo muro que se extenderá por 3.2 kilómetros, desde los suburbios de Mexicali hasta las nuevas instalaciones de la garita internacional de Calexico, limítrofe con el centro histórico de aquella ciudad.
De acuerdo con el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras, la obra garantizará mejor la seguridad de los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y del público, y creará un mejor ambiente para los negocios y el comercio, al tiempo que mejorará la seguridad fronteriza general
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Con información de Ap