Los habitantes del edificio del cuerpo B en Casa Latino pronto regresarán a sus hogares, actualmente se realizan los trabajos de rehabilitación con recursos de los mismos vecinos y directivos del histórico edificio, es la zona que presentó menos daños y cuenta con alrededor de 21 departamentos, informó la administradora ejecutiva Erika Pérez.
La administradora ejecutiva señaló que son instalaciones momentáneas que contarán con los servicios básicos y seis tinacos que fueron donados por el Gobierno del Estado, aunque no dispondrán de elevadores, los cuales no han podido ser reparados, ya que están en el presupuesto de la rehabilitación total del inmueble, pero “no sabemos todavía de donde vamos a obtener esos recursos”.
Expresó que los condóminos están contentos y ansiosos, pero tienen una satisfacción personal enorme por el hecho de no deber pagar una renta externa, y desde hace un largo tiempo deseaban regresar.
Ante los casi seis meses del sismo, Erika Pérez, quien ha estado paso por paso en la búsqueda de apoyos para Casa Latino, afirmó que ha pasado rápido el tiempo pero el proceso ha sido muy largo, pues los primeros meses el panorama no cambiaba.
El día que les cambió la vida
El martes 19 de septiembre, la vida de los morelenses cambió por completo al suscitarse a las 13:14 horas un sismo de magnitud de 7.1 grados con epicentro a 12 kilómetros al Sureste de Axochiapan, según el informe especial preliminar del Servicio Sismológico Nacional de México.
En Cuernavaca entre las zonas más afectadas se encontraban el histórico edificio, Casa Latinoamericana, donde el derrumbe de la antena de una estación de radio ubicada dentro del inmueble, destruyó una de las torres que cayó sobre una ruta “Chapulines” que se encontraba rumbo a la calle Degollado.
En ese momento cientos de ciudadanos se reunieron para tratar de quitar el escombro y sacar a las personas atrapadas en el transporte público. No pasaron 10 minutos cuando poco a poco los sobrevivientes fueron rescatados, en consternación.
Entre los gritos y la angustia de los familiares de los condóminos, quienes no sabían si sus seres queridos se encontraban debajo de los escombros fue llegando más gente con ayuda, si no con sus manos, con comida y agua para los mexicanos que se unieron en ese momento como uno solo para sacar hasta la última persona.
Poco se decía sobre cuántas personas eran o si se encontraban dentro del edificio, la posibilidad de una fuga de gas o que pudiera derrumbarse el inmueble. Cerca de las 17:00 o 18:00 horas, el entonces director de Protección Civil de Cuernavaca, Fernando Manrique Rivas, dio una lista sobre las afectaciones presentadas en la Ciudad de la Eterna Primavera, así como las personas fallecidas y heridas, dos personas, entre ellas una mujer, murieron al ser aplastados por los escombros de la Casa Latinoamericana. Las labores de rescate continuaron toda la noche.
Pero después del terrible susto, el sufrimiento de los condóminos del icónico edificio no terminó, sufrieron delincuencia en sus viviendas, por lo que debieron efectuar guardias por las noches para protegerse ante la omisión, en su momento, de las autoridades.
Asimismo, por varios meses estuvieron a la deriva al no contar con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano(Sedatu), del Gobierno estatal o del Ayuntamiento de Cuernavaca para obtener recursos con los cuales removieran el escombro en el quinto piso del edificio y así proseguir con la rehabilitación.
Hasta principios de 2018 recibieron la noticia de que empezarían los trabajos para remover el escombro en la parte superior y el lobby por parte de la Sedatu y el Ayuntamiento de Cuernavaca, trabajos que hasta el momento ejecutan, así como la rehabilitación de la torre posterior a calle Degollado, la cual no sufrió tantos daños.