“Los resultados preliminares de la investigación que desarrollan las autoridades competentes, indica que los impactos de bala que recibió el personal civil fueron a causa de fuego cruzado a nivel tierra y no desde el aire, asimismo, el calibre de los impactos que presenta el vehículo no corresponden al armamento orgánico con el que cuentan las aeronaves de la Armada de México”, señaló la institución naval.
Funcionarios del gobierno federal comentaron que la Procuraduría General de la República investiga la muerte de los cuatro civiles como consecuencia del fuego cruzado que se originó cuando los marinos fueron emboscados por sicarios del cártel del Noreste, organización criminal que lidera Juan Gerardo Treviño Chávez, El Huevo.
Mencionaron que la pesquisa forma parte de la carpeta de investigación que inició la PGR el domingo pasado; ese día, la dependencia federal emitió un comunicado sobre el evento donde perdió la vida un elemento de la Secretaría de Marina y 12 más resultaron heridos, ataque donde fallecieron tres de los agresores; sin embargo, no hizo alusión sobre el deceso de una mujer ni de dos menores de edad que murieron en el fuego cruzado en el interior de una camioneta.
La tarde de este lunes, el padre de familia que se encontraba hospitalizado como consecuencia de las heridas que sufrió, cuando viajaba en el automóvil con su familia, falleció, reveló el comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, durante una entrevista en Radio Fórmula; sin embargo, autoridades de la PGR dijeron no tener conocimiento del deceso.
La respuesta
En respuesta a las versiones que circularon en redes sociales y que algunos medios de Tamaulipas replicaron, la dependencia naval aseguró que su personal brindó en todo momento la atención médica necesaria en el área del incidente a las personas que resultaron heridas.
“Además se cuenta con información de que una persona civil de sexo masculino, que supuestamente había fallecido, recibe atención médica especializada en un hospital de Nuevo Laredo, Tamaulipas”, puntualizó la dependencia.
Horas más tarde, el comisionado Renato Sales reveló que el padre de familia que se encontraba hospitalizado también perdió la vida.
La Secretaría de Marina aseveró que en estos hechos el personal naval actuó con estricto apego a los procedimientos establecidos en el Manual del Uso de la Fuerza, de Aplicación Común a las tres fuerzas armadas y respeto a los derechos humanos, anteponiendo en todo momento el compromiso que tiene con las familias mexicanas y en particular con las del estado de Tamaulipas, para mantener la seguridad.
Lamenta los hechos
“Esta institución naval lamenta los hechos donde personas civiles perdieron la vida y resultaron lesionadas y refrenda su compromiso en favor de la seguridad ciudadana”, señaló.
Tras el ataque, la Marina aseguró uniformes apócrifos con la leyenda “Marina”, armamento, municiones y pertrechos de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
Por su parte, el gobierno de Tamaulipas expresó su respaldo a la Secretaría de Marina y manifestó su solidaridad con las familias del elemento fallecido y de las víctimas que hubo durante los acontecimientos.
El pasado domingo, la Secretaría de Marina advirtió que no cederá ante la amenaza de quienes lastiman a la sociedad y la seguridad de las familias y que actuará con firmeza en la defensa de la paz de México, por lo que se continuará fortaleciendo el trabajo a favor de la seguridad ciudadana.
De acuerdo con un informe de la DEA, Juan Gerardo Treviño encabezaba al cártel de Los Zetas, pero su liderazgo se vio afectado por pugnas internas y por la confrontación con otros grupos criminales.
El cártel del Noreste mantiene una disputa con el cártel del Golfo por el control de Tamaulipas; el grupo criminal trafica cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana a través de centros de distribución en Laredo, Dallas, Nueva Orleans y Atlanta.
La Secretaría de Marina confirmó la muerte de la familia a raíz de la información difundida en redes sociales señalando que los marinos dispararon desde un helicóptero contra el automóvil donde viajaban dos niñas de cuatro y seis años de edad, así como sus padres y que supuestamente no les dieron atención médica tras el ataque, lo cual negó la dependencia.