A la caída del puente sobre el río, hace dos años, suma la falta de transporte
A casi dos años de que las lluvias colapsaran el puente que conectaba a la comunidad de Coaxitlán, que pertenece a Tlaquiltenango, los pobladores continúan incomunicados, no hay servicio de transporte público regular y no ha sido reconstruida el puente vehicular.
Las fuertes lluvias que se registraron el 17 de agosto de 2016 provocaron que el paso vehicular colapsara, que varias casas se dañaran y que cabezas de ganado fueran arrastradas por el río. El puente no tenía mucho tiempo que había sido construido y supuestamente estaba diseñado para soportar este tipode contingencias, pero la corriente intensa arrasó con él.
En su momento, el entonces alcalde Enrique Alonso Plascencia informó que fue una obra que realizaron sus antecesores, por lo que nunca se tomaron el tiempo de verificar si el puente cumplía con las especificaciones necesarias. Además, representó una inversión de ocho millones 900 mil pesos por los tres órdenes de Gobierno; no obstante, los vecinos aseguran que durante la primer tormenta fuerte colapsó.
Según la secretaria de Obras Públicas, Patricia Izquierdo Medina, el proyecto de construcción del nuevo puente vehicular estaba presupuestado ante la federación para realizarse en 2017, y sólo estaban en espera de que les llegara el recurso. La obra de construcción del nuevo puente constaba de un presupuesto de 15 millones de pesos, con el fin de elevar su construcción y contar con un tramo demás de 40 metros de longitud, con tres bases, dos laterales y una intermedia.
Sin embargo, hasta la fecha, la obra no se efectúa y los pobladores esperan algún camión repartidor o camionetas para atravesar; en época de calor, lo hacen caminando y mojándose; además, en época de lluvias no se atreven a cruzar a pie ni en carro particular, puesto que temen ser arrastrados por la corriente.
Para los habitantes de Coaxitlán, cruzar el afluente significa poner en riesgo su vida, lo cual es alarmante, especialmente porque están incomunicados, por lo que ante una emergencia no pueden salir fácil de la comunidad debido a que tienen que caminar más de un kilómetro.
La incomunicación no sólo se debe a la caída del puente, sino también a la falta de transporte público. Al encontrarse la comunidad en los límites con Guerrero, no existen unidades del transporte público que lleguen al lugar. Las diversas líneas de combis que salen de Jojutla, como Autobuses Dorados del Sur, ya no prestan su servicio en esta zona porque se encuentra aproximadamente 40 minutos de la cabecera municipal.
Los operadores de las diversas líneas de transporte indicaron que además de lejos, no es redituable acudir a esta región y es más factible que el derrotero sea ocupado por transportistas del estado vecino de Guerrero. Mientras tanto, las unidades conocidas como "Los Verdes" sólo acuden dos veces al día, en horarios delimitados y haciendo paradas en las cercanías; también cobran 45 pesos y los fines de semana no prestan el servicio al no ser económicamente rentable.
Tanto ejidatarios como habitantes de esta retirada comunidad en diversas ocasiones solicitaron solución al problema de incomunicación y de la construcción del puente o vado antes de que comience formalmente la temporada de lluvias.