Falta de un acuerdo en el TLCAN originó la decisión de imponer impuestos compensatorios del 25% al acero y 10% al aluminio, justifica Ross. Se mantendrá la mesa de la renegociación del Tratado, pero sin fecha fatídica
Estados Unidos formalizó ayer la imposición de aranceles de 25 por ciento al acero y de 10 por ciento al aluminio provenientes de México, Canadá y la Unión Europea, con base en una cláusula arancelaria que alude a la seguridad nacional y a la protección de la industria estadunidense que, a decir del gobierno de Donald Trump, está en desventaja frente a los demás países.
Ante esta medida, Canadá y México responderán con aranceles a varios productos provenientes de la Unión Americana, mientras que la Unión Europea ya anunció que alista medidas al respecto y se espera que en los próximos días revele los detalles. Así se gesta una guerra comercial entre países que por casi 20 años han sido socios comerciales.
México estima un impacto sobre sus exportaciones por 4 mil millones de dólares; a su vez, Canadá impondrá aranceles a más de 100 productos provenientes de Estados Unidos que tendrán un impacto de 12 mil 800 millones de dólares; se espera que la Unión Europea también castigue productos provenientes de Estados Unidos por un monto de 3 mil 500 millones de dólares.
En su cuenta de Twitter, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump señaló que la decisión se basa en buscar un “comercio justo”.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, afirmó ayer en una teleconferencia que las medidas arancelarias buscan proteger a la industria estadunidense y al mismo tiempo fortalecer la seguridad nacional: “Sin una economía fuerte, no puedes tener una seguridad nacional fuerte”, ya que el debilitamiento de la industria es un riesgo para la producción o compra de armamento.
Al preguntarle sobre el TLCAN, Ross dijo que “esas conversaciones están llevando más tiempo de lo que esperábamos, ya no existe una fecha muy precisa en la que puedan concluirse”.
México es el cuarto proveedor de acero a Estados Unidos con un volumen de 3.2 millones de toneladas métricas. El primer lugar lo ocupa Canadá con 5.7 millones de toneladas; le sigue Brasil con 4.7 millones de toneladas y en tercer lugar está Corea del Sur con 3.4 millones de toneladas, según datos del Departamento de Comercio Estadunidense.
El impacto económico de la guerra comercial que se desatará tras la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles al acero y aluminio, arroja una suma de 20 mil 300 millones de dólares que involucran a Canadá, México, la Unión Europea y la Unión Americana, como resultado de la imposición generalizada de aranceles en diversos productos.
Estados Unidos anunció aranceles para todos los países con quienes comercia esos productos, a excepción de las naciones antes mencionadas a quienes les fijó como fecha límite hasta ayer, a fin de decidir si les impondría o no dichos aranceles. Ello con el fin de no entorpecer las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), sin embargo, no prosperaron y el gobierno estadunidense decidió aplicar las tarifas en un movimiento que los analistas interpretan como una estrategia de presión para imponer sus condiciones en la negociación del TLCAN, justo antes de las elecciones para renovar el Congreso estadunidense.
En materia de aluminio, Canadá es el principal proveedor de la Unión Americana con 42 por ciento, le sigue China con 11 por ciento, Rusia 9 por ciento y México ocupa el lugar 11 con solo el 1.4 por ciento.
Sin embargo, existe un escenario más extremo en el largo plazo ya que el anuncio de los aranceles también podría marcar el inicio de la retirada de Estados Unidos del TLCAN, según un análisis de Goldman Sachs.
“Hay muchas posibilidades de que esto (los aranceles) eventualmente lleven al presidente a anunciar que tiene la intención de retirarse del TLCAN, pero tal anuncio no parece probable en el corto plazo”, dijo el analista Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs.