La manera sigilosa en la que se plantó en primera fila no advertía que, a grito batiente, impusiera en tarima el caso de las fosas de Tetelcingo que evidenció irregularidades en la administración de Graco Ramírez.
La abuela de Oliver Navarrete Hernández arrebató el micrófono para criticar las deficiencias que demostró el caso y para manifestar el respaldo al futbolista que ahora como candidato a la gubernatura, le mostró confianza para encabezar el estado.
Fueron sus familiares quienes escarbaron hasta lo más recóndito en la fiscalía de Morelos para encontrar respuestas.
“Yo no vengo a pedir hueso ni a hacer la barba, desde que jugabas me caíste”, expresó la mujer de frente a su candidato Cuauhtémoc Blanco, con quien se sintió identificada.
El abanderado de la coalición “Juntos Haremos Historia” se presentó en el Parque “Emiliano Zapata” en la colonia del mismo nombre, donde la abuela de Oliver habita desde hace varias décadas.
El mensaje del candidato en la última fase de la campaña electoral se centró en la inseguridad y reiteró en la aplicación de una policía mixta en Morelos y condenó los cobros por la delincuencia a comerciantes que se ven obligados a cerrar sus negocios.
Insistió que el debate que organizó el IMPEPAC es a modo y ofende a los morelenses; criticó también la reunión que sostuvieron sus contrincantes en un café de Cuernavaca y aseguró que ninguna de sus estrategias le funcionarán para mermar el apoyo ciudadano.
“Vivimos del trabajo y de la lucha”, dijo Cuauhtémoc al identificarse con los asistentes como alguien “de abajo” contrario a Rodrigo Gayosso, a quien acusó de mentir a los morelenses con falsa identidad al usar sombrero para encontrar simpatía.
Estuvo acompañado del candidato a la diputación local por el Distrito VI, Marcos Zapotitla, quien expuso como primera intención destituir al auditor Vicente Loredo debido a su complicidad con la actual administración.