TOTOLAPAN, Mor.- Escuadrones militares con equipo de artillería incursionaron por las comunidades de los altos de Morelos donde se encuentran instalados las trincheras de los grupos de autodefensa. En convoy de tres unidades castrenses y vehículos de la Policía de Mando Único, recorrieron los municipios de Totolapan, Tlalnepantla, Tlayacapan y Atlatlahuacan, cuyos habitantes mantienen vigilancia de su territorio las 24 horas para inhibir la acción de la delincuencia organizada.
Otro escuadrón con dos vehículos artillados de la 24 Zona Militar ingresó a la comunidad de Benito Juárez, municipio de Ayala, la noche del martes para inhibir la instalación de barricadas que anunciaron un grupo de hombres esbozados.
En el norte del estado la partida militar subió a la comunidad de Nepopualco, primer pueblo en instalar puestos de revisión con autodefensas, y de ahí descendió hacia la cabecera municipal de Totolapan, donde se encontraron con algunas trincheras vacías, libres de autodefensas.
El convoy militar siguió su marcha hacia el sur y al cruzar los límites con Tlayacapan se toparon con un puesto de revisión de autodefensas en el pueblo de San Isidro, donde están colocados conos de color fosforescente en un tramo de un kilómetro en ambos, antes de pasar por el punto de revisión.
Unos letreros instalado en medio de los dos carriles indica a los automovilistas bajar la velocidad a 25 kilómetros y pasar lentamente frente a los hombres cubiertos del rostro con pasamontañas, paliacates, anteojos oscuros o sombreros.
Por ese tramo desfiló el convoy militar sin hacer pausas ni comunicación con el grupo de autodefensas, en tanto los guardias comunitarios nunca escondieron sus armas, pero tampoco las blandieron en señal de reto.
A unos 15 kilómetros de ese punto, en el poblado de San José de los Laureles, otro grupo de autodefensas colocó un retén en uno de los carriles de la carretera federal. Para llegar a ese puesto se toma una vía paralela a la carretera Tlayacapan-Yautepec y ahí se encuentran unos 25 hombres armados, cubiertos del rostro y atrincherados detrás de una pila de costales de arena. A los costados de la carretera se erigen amplios campos de nopales.
Un hombre mayor a los 55 años de edad es el único que no cubre su rostro. Lleva una gorra de color verde olivo, paliacate al cuello y parece tener el mando del grupo.
“Acá no tenemos nada de información”, dice a los reporteros.
¿Ya pasaron los militares por acá?, se le pregunta.
“Pasan de vez en cuando pero no nos vamos a quitar”, dice fuerte.
¿Han recibido amenazas?
“Aquí no tenemos nada de eso, pero por eso mismo nos instalamos, para que no suceda”, responde de manera áspera.
Del otro lado de la carretera, el convoy militar ingresa al municipio de Atlatlahuacan y comienza su recorrido por las comunidades que tienen puestos de revisión para encarar, dicen, posibles acciones del crimen organizado, la “maña”.
Hacia abajo, en el municipio de Ayala, limítrofe con Yautepec, donde según el Secretario de Gobierno, hay grupos comunitarios de vigilancia, los militares comenzaron sus tareas de reconocimiento la noche del martes, luego del surgimiento de un grupo de personas cubiertas del rostro que se denominaron autodefensas.
No hay mas autodefensas: gobierno
En Cuernavaca el secretario de Gobierno, Ángel Colín López, rechazó el surgimiento de más grupos comunitarios y expresó que en el caso de Ayala sólo son personajes que lo hacen a título personal y no representan los intereses de la comunidad.
Colín López reconoció “el legítimo derecho de los pueblos de exigir seguridad en sus comunidades” en la parte alta del estado de Morelos, que está bajo el yugo de la delincuencia organizada sometida por el llamado “cobro de piso”.
El secretario de Gobierno afirmó que la presencia del Ejército será hasta el fin del sexenio, el 30 de septiembre, y el armamento que puedan portar los pobladores deberá estar regulado por la Sedena.