El único factor relevante de julio es político y ha jugado a favor de la esperanza de que las cosas vayan mejor, tanto para el país como para el hogar
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) elaborado de manera conjunta por el INEGI y el Banco de México registró en julio de 2018 un incremento mensual de 14.8 por ciento en términos desestacionalizados.
Los cinco componentes del ICC que miden la percepción del consumidor sobre la situación económica de hace 12 meses, la actual y la que espera para dentro de un año, “observaron crecimientos mensuales”, se informó ayer en un comunicado oficial.
En comparación con el mismo mes del año anterior, el ICC presentó un aumento de 17.8 por ciento (cifras desestacionalizadas).
EFECTO AMLO. El efecto electoral —es claro en el ICC— mejoró globalmente 14.8 puntos en julio con respecto al mes anterior, y 18 por ciento con respecto al mismo mes de 2017.
Un brinco impresionante para un indicador que mide la percepción de los ciudadanos sobre la situación económica del país y de su hogar, y muy importante en este caso, el pronóstico que hace el propio ciudadano (en su calidad de consumidor) sobre la situación económica que espera para los próximos 12 meses.
La cifra está desestacionalizada, lo que significa que se ajustó para evitar que impacten de más factores momentáneos (en este mes, por ejemplo, las familias realizan las compras de regreso a clases, por lo que pueden tender a ver las cosas un poco más complicadas que en los meses previos). Lo que es evidente, al analizar el detalle de la información dada a conocer ayer conjuntamente por el INEGI y Banxico, es que el nivel de esperanza desatado desde el día de la elección impactó precisamente en lo que esperan los mexicanos en el futuro inmediato.
Los ciudadanos responden con más cautela respecto a los avances de la economía hogareña. Así, al cotejar julio de 2017 con el de este año, el índice que mide la situación de los miembros del hogar respecto a los 12 meses anteriores apenas tuvo una mejora de 3.6 por ciento. Pero hay 12 por ciento más de ciudadanos que creen que esto mejorará en los próximos 12 meses.
La perspectiva favorable está precisamente anidada, el menos en la cabeza de los ciudadanos, entre el pasado y el futuro:
En primer lugar, la situación actual comparada con la de hace 12 meses es considerada mejor por 15 por ciento más de ciudadanos. Pero cuando se le pregunta a los ciudadanos cómo creen que será la “situación económica del país esperada dentro de 12 meses, respecto a la actual”, el salto dado en julio es de 32 puntos porcentuales en un mes.
Respecto a julio de 2017, los buenos augurios de 2018 se elevaron en 53 por ciento superiores. Este nivel de expectativas positivas sólo son equiparables al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto y de Vicente Fox. En cierto sentido, la esperanza después de la elección 2018 desbordó la escala utilizada por INEGI y Banxico, pues registra 102 por ciento de valoración positiva (los resultados del año 2003 se utiliza como 100 por ciento en esta escala).
El ciudadano también es más cauto cuando se le pregunta directamente la situación de los miembros de su hogar si tuviesen la necesidad de comprar artículos como televisores u otros electrodomésticos.
En resumen, los ciudadanos quedaron en general con expectativas altas respecto a la evolución económica del país durante los próximos meses, aunque piensa que ese impacto positivo quizás no les beneficie inmediatamente.
Esta anomalía en los índices que miden la confianza es la más notable desde los gasolinazos de 2017, cuando la percepción y perspectiva económica de los consumidores cayó en un hoyo brutal (ver gráfica).
PARA ENTENDER EL ICC. El ICC refleja factores subjetivos en el consumidor y en general tendería a moverse sin grandes sobresaltos entre un mes y otro. Un consumidor sólo pensará que su situación económica (o la del hogar) mejoró ante situaciones extraordinarias como un aumento de salario.
Esto es un componente económico importante, ya que a partir de él se puede estimar que tan conservador será el consumidor (qué tanto gastará o que tanto pensará en ahorrar para tiempos malos).