-Desangelado fue el evento realizado en Ayala para tal fin; ni siquiera en el mausoleo hubo ofrendas
-No hubo tampoco las esperas de ejidatarios, líderes y campesinos que año tras año se apostaban ahí
Ayala, Mor.- Olvidado, desangelado, vacío, así fue la conmemoración del 139 aniversario del natalicio del General Emiliano Zapata Salazar. Aquellos gritos, voces y exclamaciones de “Zapata vive, vive, vive, la lucha sigue, sigue, sigue”, quedaron en el olvido. Ni siquiera en su mausoleo, ubicado en el centro de Cuautla, ahí en el Parque Revolución del Sur, en la monumental estatua hubo ofrendas, unas pocas para “no dejar pasar la fecha”.
Ahí en la Casa Museo, en el poblado de Anenecuilco, donde nació, esta vez no hubo campesinos, tampoco las organizaciones, los líderes del campo, apenas unos cuantos familiares, funcionarios del gobierno del estado y municipales, que acudieron a ver a quienes se hicieron meritorios a la presea “Emiliano Zapata Salazar”, que se entrega año con año el 8 de agosto.
Ciento treinta y nueve años de su natalicio, y ya todos, o la mayoría lo olvidó, hasta esas agrupaciones campesinas con su líderes que se manifiestan en las diferentes dependencias involucradas con el agro, para exigir, para pedir, para plantarse hasta que no les den lo que les corresponde, aquello por lo que luchó el General Emiliano Zapata Salazar.
No, en esta ocasión no hubo las ofrendas, las esperas de ejidatarios, de líderes, de campesinos que año tras año se apostaban ahí ante su mausoleo, donde se dice descansan sus restos, ante la monumental estatua, en el Parque Revolución del Sur, para depositar sus ofrendas florales, donde se podía leer en los listones blancos, ejido de… Organización fulana… Agrupación x…
Apenas una cuantas conmemoraciones, sin gente, sin hombres del campo. Qué decir de la celebración oficial, ajena totalmente a los campesinos, ni siquiera una organización que se diera cita, quizá hasta por despistados por el olvido.
La casa, aquella vivienda en donde viera la luz por primera vez hace 139 años, lució vacía. Apenas unos cuantos visitantes, que sorprendidos veían que también el temblor del pasado 19 de septiembre afectó esa histórica morada.
Y los gritos, las manifestaciones, las expresiones de “Zapata vive, vive, vive, la lucha sigue, sigue, sigue”, dónde quedaron. Si, apenas son 139 años de su nacimiento y el prócer del agrarismo en México, conocido internacionalmente, ya se les olvidó a todos aquellos que mañana, seguramente mañana, se manifestaran, pedirán, exigirán, demandaran y se plantaran para que las dependencias del sector agrario les den lo que merecen, lo que ya se ganaron con su “lucha”, la del General Emiliano Zapata Salazar.
Entonces se volverá a escuchar el grito, la retórica “Zapata vive, vive, vive”…