Ciudad de México— Al cancelar la Reforma Educativa, se irán por la borda más de 50 mil millones de pesos gastados durante el Gobierno del presidente Enrique Peña.
Ese monto fue desembolsado desde 2013 en siete de los programas centrales para su operación.
Además, durante la gestión de Aurelio Nuño en la SEP se gastaron más de 3 mil millones de pesos para pagar publicidad y spots de radio y TV.
También al SNTE se le entregaron 4 mil millones de pesos para capacitación y difusión de la reforma.
El lunes pasado, durante una reunión de gabinetes del presidente Enrique Peña y de Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo confirmó la cancelación de la Reforma Educativa.
La SEP ha reportado que para la “Evaluación Docente” se gastaron 4 mil 216 millones de pesos y en las “Evaluaciones de la Calidad de la Educación” se destinaron otros mil 618 millones de pesos.
En el “Programa de la Reforma Educativa”, incluido por primera vez en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2015, se invirtieron 16 mil 75 millones de pesos.
En el rubro de “Fortalecimiento de la Calidad Educativa”, la dependencia federal ha gastado 13 mil 458 millones, de 2014 a la fecha.
Además, para el Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED) se invirtieron 424 millones de pesos, pero sigue sin operar. El SIGED pretende ser una plataforma que integre la información de 226 mil planteles educativos del país, sus docentes y estudiantes.
“Tirar a la basura sería no aprender de lo gastado. Después de los últimos cinco años y la inversión que hemos hecho en educación, ¿qué hemos aprendido?, ¿qué debemos continuar, profundizar y mejorar?”, cuestionó la directora de investigación de Mexicanos Primero, Jennifer O’Donoghue.
El investigador de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey, Marco Fernández, indicó que la nueva administración debe aprender de los errores del actual Gobierno sobre la mala utilización de los recursos.
“Tenemos múltiples signos hoy de que los recursos sustantivos que se destinaron a la Reforma Educativa no se utilizaron de manera óptima”, indicó.
“No se utilizaron de manera óptima porque hubo una mezcla de ocurrencia, de mala administración, de ineficiencias en el ejercicio del gasto, algunas prácticas de opacidad y, lamentablemente, prácticas también de corrupción”.