Los adolescentes aprehendidos por ser presuntos responsables de algún delito en México son objeto de una serie de agresiones y corrupción a lo largo de su proceso legal, desde que son detenidos hasta su reclusión, de acuerdo con los resultados de la primera Encuesta Nacional de Adolecentes en el Sistema Penal, elaborada por el Inegi.
La encuesta revela que uno de cada dos adolescentes en el Sistema de Justicia Penal (50.2%) sufrió algún tipo de violencia física al momento de su detención en 2017. De ellos, 87.5% fue pateado o golpeado con las manos; 44.8% golpeado con objetos; 41.9% aplastado; a 34.6% le impidieron respirar, y a 32.9% le dieron descargas eléctricas.
Durante su arresto, 68.8% sufrió algún tipo de agresión sicológica. De ellos, 70.8% fue insultado; 57.5% incomunicado o aislado por parte de la autoridad que realizó su detención, y a 50.7% lo pasearon en automóvil dando vueltas con el fin de amedrentarlo. Además, a 49.3% lo amenazaron y a 33.4% lo desvistieron.
Los muchachos son víctimas de agresiones no sólo a la hora de su detención, sino también en su reclusión: 31.3% de los chicos de 12 a 17 años y personas adultas jóvenes de 18 años y más, fue víctima de algún delito dentro de los llamados centros de internamiento. De ellos, 84.9% fue sujeto de robo de objetos personales, 42.6% sufrió lesiones y 13.3% fue sujeto de extorsión.
En este contexto, 15.3% de los adolescentes en el Sistema de Justicia Penal se sintió inseguro dentro del centro de internamiento durante 2017, mientras que 10.4% se sintió inseguro en su dormitorio.
La encuesta destaca que 170 de cada mil adolescentes en el Sistema de Justicia Penal a nivel nacional dijeron haber sido víctimas de corrupción en cualquier etapa de su proceso o vida en internamiento.
Entre los estados con las mayores tasas de corrupción destacan: Estado de México, con 363 casos por cada mil personas; Veracruz, 361; Coahuila, 345; Tabasco, 266; Ciudad de México, 263, y Morelos, con 259 de cada mil.
Por primera vez y con el objetivo de generar información estadística, el Inegi dio a conocer los principales resultados de esa encuesta.
Se estima que el número de adolescentes dentro del sistema judicial ascendió a 6 mil 891 jóvenes el año pasado, de los cuales 92.2% son hombres. Del total, 4 mil 476 cumplía una sanción no privativa de la libertad; mil 169 una sanción de internamiento (reclusión), y el resto estaba en procesos y situaciones diferentes.
A nivel nacional, 59.4% de los adolescentes en el Sistema de Justicia Penal tenía entre 18 y 22 años, y 25.5% entre 16 y 17 años. Asimismo, 95.3% sabía leer y escribir; 75.9% tenía estudios de educación básica, es decir, preescolar, primaria, secundaria o carrera técnica con secundaria terminada.
De los adolescentes en el sistema penal en 2017, 39.3% abandonó su hogar por lo menos una vez en su vida, de los cuales 65% lo hizo entre los 10 y 15 años; 46.7% de las mujeres se había embarazado por lo menos una vez en su vida, y 18.6% había tenido por lo menos un aborto.
A nivel nacional, 9.7% tuvo un proceso jurídico previo. Mientras que 5% estuvo anteriormente en un centro de reclusión o internamiento.
De los jóvenes que tuvieron una sentencia, 37.8% fue acusado de robo; 16.8% de homicidio; 12.5% de violación sexual; 9% de lesiones; 7.1% por portación ilegal de armas; 7.1% por posesión ilegal de drogas; 5.3% por secuestro; 4.0% comercio ilegal de drogas, y 3.4% por delitos sexuales.
De quienes recibieron medidas de internamiento, 41.2% obtuvieron una sanción de entre uno y tres años, mientras que a 8.1% se le dictó menos de un año en internamiento.
De los adolescentes en el Sistema de Justicia Penal con medida de sanción, 50.5% tuvo conocimiento de que fue acusado por delitos del fuero común, mientras que 15.9% sabía que eran del fuero federal.