El gobierno saliente del presidente Enrique Peña Nieto dejará a la nueva administración que encabezará Andrés Manuel López Obrador, a partir del 1 de diciembre, la mesa puesta para que le saque jugo a la digitalización de la administración tributaria que le permite al fisco afilar sus dientes y extenderse para lograr mayor fiscalización.
Fiscalistas consultados consideraron que con el nuevo modelo de relación con el contribuyente habrá una mejor eficiencia tributaria que representará todo un reto para ponerse al día.
Para el director de la firma de contadores públicos y consultores de negocios CPA Vision, Rafael Lores, con los avances alcanzados se sentaron las bases para que el nuevo gobierno pueda mantener la meta de recaudación de impuestos con una mayor eficiencia y mejores resultados.
“La factura, la contabilidad y las auditorías electrónicas, así como las declaraciones por internet, llegaron para quedarse y sentaron las bases en el presente sexenio para ser usadas en beneficio del nuevo gobierno”, afirmó.
El consultor especializado en temas fiscales y de factura electrónica, Javier Zepeda, destacó que con la emisión del Recibo Electrónico de Pago (REP) o comprobante de pago que es obligatorio desde el 1 de septiembre para operaciones en parcialidades se cierra el ciclo del control fiscal que empezó a implementar con la e-factura.
“Se empezó con la factura electrónica, después con la nómina digital, con la contabilidad electrónica, el buzón tributario, los cambios en la versión de 2.2 a 3.3 de la factura, pero el fisco desconocía cuándo se pagaban entre empresas y con el recibo de pagos electrónico viene a subsanar el talón de Aquiles, porque sabe en qué momento el contribuyente tiene un ingreso”, detalló.
Rafael Lores estableció que si en la próxima administración encabezada por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se hacen bien las cosas hay más posibilidades de subir dramáticamente los ingresos tributarios.
Pero siempre y cuando se aplique de manera pareja, condicionó, porque por lo general la carga fiscal es para las empresas más grandes, como se observa actualmente con la entrada en vigor del complemento de pago, medida que no existe en ninguna parte del mundo y que si no se cumple al pie de la letra será muy difícil que procedan las devoluciones de impuestos y los acreditamientos.
El fiscalista destacó que, de acuerdo con las recomendaciones que hizo la OCDE en abril pasado a los entonces candidatos a la presidencia, hay áreas de oportunidad para elevar la recaudación de impuestos, porque México tiene uno de los niveles más bajos respecto al Producto Interno Bruto (PIB).
El pendiente de incrementar el tamaño de la recaudación tributaria como porcentaje del PIB se suma a las presiones que tendrá el nuevo gobierno para financiar los programas sociales que estará impulsando y así cumplir las promesas de campaña.
“Hay una presión para recaudar. Obviamente lo que son los recursos para este nuevo gobierno van a ser escasos independientemente de los programas sociales que se prometan”, señaló.
En su opinión, a este modelo digital de la administración tributaria le hacen falta dos ingredientes:
Uno, relacionado con el comprobante de pago que entró en vigor a desde el 1 de septiembre, y el otro, que se difirió para el 1 de noviembre para la cancelación de facturas.
Lores advirtió que con el complemento de pago habrá 40% más de facturas de las 36 mil 464 millones que se han emitido desde 2014.
“Va a crecer exponencialmente, eso representa un grave problema para cualquier tipo de contribuyente, ya sea persona física o empresa”, alertó.
Esto, considerando que de acuerdo con cifras del Inegi, hay 7.7 millones de personas que emiten facturas, de los cuales 2 millones son empresas y 5.7 personas físicas.