En plena madrugada y con los pijamas puestos. Así han bajado a la calle los habitantes de siete barrios de la ciudad de Puebla (centro de México), tras notificarse este miércoles una fuga de gas que ha obligado a desalojar a más de mil personas. La fuga pudo haber sido causada por el robo de una tubería, según Petróleos Mexicanos (Pemex). El incidente se produce un día después de que empresas del sector advirtieran del coste provocado por el robo de combustible y de equipamiento relacionado: 300 millones de dólares en lo que va de 2018, según la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas).
El olor a gas ha movilizado a efectivos de los bomberos, de protección civil de la ciudad y de Pemex a partir de las cuatro de la mañana. Además, se ha evacuado a 190 pacientes de un hospital cercano y cerrado el mercado de abastos ante el riesgo de una explosión. Cinco horas después de producirse la fuga, el gobernador del Estado de Puebla, Tony Gali, ha asegurado en Twitter que la situación ya estaba bajo control. A las 12.00 Protección Civil ha anunciado que los ciudadanos desalojados podían volver a sus casas. Las autoridades educativas han decretado la suspensión de clases en 95 escuelas de la zona afectada.
Las fugas de gas son un incidente frecuente en México. En la capital, el Gobierno municipal anunció en agosto que destinará casi medio millón de dólares para revisar las instalaciones de gas en zonas vulnerables e intentar frenar estos sucesos. Precisamente este lunes murió un bombero por intoxicación tras atender una fuga de gas.
En general, las fugas vienen causadas por el mal estado de las tuberías y las conexiones deficientes. En los últimos años se ha añadido, sin embargo, una segunda causa de preocupación: el robo de combustible para revenderlo a un precio más barato que el ofrecido por las empresas. Las distribuidoras denunciaron este martes un aumento del robo de gas en el país, con pérdidas mensuales que superan los 50 millones de dólares.
Pero el robo no solo es del gas, sino también de cañerías y de camiones de distribución. Desde 2017, las empresas del sector han contabilizado el robo de 200 vehículos. Este contexto de inseguridad en la carretera ha provocado la suspensión de 17 rutas de aprovisionamiento en el primer trimestre de 2018, según Amexgas.
El Estado de Puebla es uno de los más afectados por el tráfico de combustible o huachicol. En su informe de gobierno, publicado en enero pasado,Tony Galí consideró a la capital como uno de los diez municipios prioritarios en la lucha contra este tipo de delito. En el pasado, los huachicoleros o ladrones de combustible (tanto de gas como de gasolina) han protagonizado enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad.