Al menos tres personas han fallecido y otras siete han resultado heridas este viernes por la noche en un tiroteo ocurrido en la céntrica plaza de Garibaldi de la Ciudad de México, una de las mayores atracciones turísticas de la capital. Los presuntos autores, tres sujetos que viajaban en motocicleta vestidos de mariachi, abrieron fuego alrededor de las diez de la noche sobre un grupo de personas que estaban en plena calle, en plena zona de bares. Los presentes en el lugar huyeron despavoridos y muchos se refugiaron en los establecimientos de ocio, repletos a esa hora. Los lesionados fueron trasladados a un hospital cercano. En el lugar, siempre según la información de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, se han encontrado alrededor de 60 casquillos de bala.
El tiroteo se ha producido en el fin de semana de la fiesta nacional mexicana, unos días que muchos aprovechan para celebrar en la calle con familiares y amigos. Garibaldi es uno de los puntos de mayor interés turístico de la capital: allí se reúnen, para escuchar música popular, tanto los locales como muchos de los que visitan Ciudad de México procedentes de otras entidades de la República Mexicana o del extranjero. Pese al fuerte dispositivo de seguridad desplegado por la policía para tratar de detener a los responsables del triple crimen -aún infructuoso, ya que hora y media después del ataque aún no se habían practicado arrestos-, tras el susto iniciale muchos de los presentes en los bares de la plaza siguieron la noche con normalidad.
El país norteamericano atraviesa uno de los momentos más sangrientos de su historia. El año pasado terminó con una media de 85 asesinatos diarios, aunque su distribución geográfica dista mucho de ser uniforme: los Estados que más sufren la violencia son aquellos en los que más arraigo tiene el narcotráfico, con las consecuentes fricciones entre carteles. Las cifras actuales son, no obstante, peores a las registradas en los peores tiempos de la guerra contra el narco que se libró durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012). La tendencia de 2017 no solo ha continuado en lo que va de 2018, sino que el volumen de homicidios no ha dejado de aumentar, igualando e incluso superando a otros países latinoamericanos.