Los sismos de septiembre de hace un año dejaron diversas huellas en las calles y en la memoria de los ciudadanos, principalmente en aquellos miles de damnificados que siguen esperando la reedificación de sus hogares ante la falta de un verdadero plan de reconstucción
Las heridas del 19S a un año del sismo se extienden por toda la Ciudad de México.
La vida transcurre con cierta normalidad, pero de pronto uno se topa con las huellas de la tragedia en las calles capitalinas. No son invisibles. Están en los campamentos de los damnificados del Multifamiliar Tlalpan instalados en este complejo que se vino abajo. Están en el predio limpio y asegurado donde estaba el edificio de Álvaro Obregón 286que se desplomó en la colonia Roma sobre sus vecinos.
Están en los restos del Colegio Rébsamen, donde murieron 26 personas, entre ellos 19 niños. Están en el basurero en el que se ha convertido el predio donde estaba un taller en la calle Chimalpopoca.
Están…por todas partes, pero principalmente en los miles de damnificados que siguen esperando que llegue la reconstrucción de sus viviendas.
“Hoy fuimos nosotros, México, mañana pueden ser otros. Si no aprendemos de esto, no hemos aprendido nada. Nosotros hemos dado un ejemplo de que sí se puede”, cuenta Ángel Fuentes Martínez, quien perdió su casa en el Multifamiliar Tlalpan y ahora vive en un campamento instalado frente al complejo. Hoy se cumple un año de aquel trágico 19S, el sismo que dejó una cifra oficial de 369 muertos en la Ciudad de México y en los estados de Puebla, Morelos, Estado de México, Guerrero y Oaxaca. La respuesta del Gobierno Federal para atender la crisis se basó principalmente en la entrega de apoyos a través de tarjetas para los 171 mil damnificados que perdieron sus casas parcial o totalmente en los estados afectados por los movimientos telúricos.
Pero sobre la reconstrucción financiada a través del Fonden el avance es escaso y tampoco se han podido ejercer los recursos privados y los donativos de gobiernos extranjeros que se enviaron al país en solidaridad con los mexicanos. Por eso el logro que han conseguido los damnificados del Multifamiliar Tlalpan, que se opusieron a contratar los créditos que impulsó la Ley de Reconstrucción y presionaron para que el Gobierno capitalino destinara recursos para la restauración de sus casas es algo que debería de replicarse en el resto de la Ciudad de México y del país, pero no ha sido así.
La realidad es dura: no hay ni habrá dinero público suficiente para iniciar un plan de reedificación de las viviendas que resultaron dañadas.
Lo que les queda a los damnificados es seguir resistiendo y esperar que el próximo gobierno logre concretar un verdadero plan nacional de reconstrucción.