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Iván prefirió ayudar que huir del Congreso

Se encontraba en el primer piso de la sede y recorrió los tres niveles para ayudar en el desalojo

 del 19 de septiembre de 2017, Iván Peña Hernández quien es elemento de Seguridad de la Cámara de Diputados desde hace cinco años, había sido informado de la cancelación del simulacro de evacuación que se había contemplado para ese día. Pero sin saberlo, una prueba mayor estaba por presentársele sin previo aviso.

Recorrió todo el Congreso

A las 13:14 horas, Iván Peña se encontraba en la oficina de la presidencia del Congreso del Estado, en el inmueble ubicado en la calle Matamoros del Centro de la Ciudad de Cuernavaca, cuando de pronto sintió la primera sacudida del temblor.

“Me acuerdo bien que cuando empezó a temblar se empezaron a desplomar del techo tabiques y plafones, entonces sentí que ya no la contaba”, me dijo nervioso en entrevista para La Jornada Morelos.

Sin pensarlo, de inmediato le pidió al personal y ciudadanos que salieran del recinto. Él, caminó también por el pasillo que conduce a las escaleras pero lejos de pensar en abandonar también el inmueble, se dirigió a las escaleras y bajó al segundo y luego al tercer nivel para revisar que todos los empleados hubieran salido.

Cuando Iván llegó al tercer nivel de la Cámara, pudo ver desde dentro que empleados ya se encontraban afuera del inmueble y le decían que saliera él también por la puerta de la oficina de la entonces diputada priista, Leticia Beltrán, que daba a la calle No Reelección. Nuevamente Iván desechó esa opción. Regresó a la oficina de la presidencia de la Mesa Directiva, momento para el cual el sismo ya había pasado.

Fue difícil salir de Cuernavaca

A un año de distancia, me cuenta que recuerda bien el rostro desencajado de los empleados que se topaba a su paso, y cómo a algunos de ellos, que estaban a punto del desmayo los reconfortó para que salieran rápidamente de la sede legislativa.

En aquel momento, Iván nunca apartó de su pensamiento a su esposa e hija quienes  se encontraban en Tlaquiltenango, mientras que su mamá y demás familiares estaban en Jojutla, de donde él es originario.

Hasta que recibió la autorización de su jefe a retirarse, fue entonces cuando finalmente abandonó el inmueble legislativo. Antes de eso, logró contactar vía telefónica a su esposa, quien le confirmó que se encontraba bien junto con su pequeña hija.

Iván recuerda lo difícil que le fue salir de Cuernavaca, pero gracias al aventón que le dio una amiga pudo llegar a Panchimalco, a partir de ahí, caminó durante 15 o 20 minutos y llegó al ayuntamiento de Jojutla, donde fue a preguntar por su primo, pero justamente ese 19 de septiembre había solicitado permiso para faltar.

Cuando llegó a la colonia Zapata, la más dañada por el sismo, Iván no daba crédito a lo que veían sus ojos.

“… ahí nací y crecí y ver cómo se destruyó casi una cuadra fue muy triste verlo”, relata.

La casa de su mamá fue pérdida total, pero a un año de distancia, agradece nuevamente tener a toda su familia a su lado.

Finalmente, después de varias horas, Iván llegó a su casa, cuando vio ahí a su esposa e hija, sintió una enorme alegría. Durante la entrevista me dice que volvería a quedarse en el interior del Congreso para ayudar primero al desalojo de empleados y ciudadanos “porque en ese momento, esa era mi función".

 

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