DECRETO. “Los valores como la solidaridad y el amor a la familia nos protegen de los grandes desafíos”. RECLAMO. “Nadie puede estar por debajo de la línea mínima de bienestar en alimentación, salud y educación”.
Sin temores —como ocurre entre amigos—, científicos, académicos, promotores de la cultura e integrantes de este grupo editorial refrendaron su compromiso por México e imaginaron, juntos, un mejor país.
Los Premios Crónica 2018, creados para rendir homenaje a mexicanos extraordinarios, se convirtieron, de nuevo, en un espacio de reflexión y propuestas, de proyectos e ideales. Lo resumió así Jorge Kahwagi Gastine, presidente y director general:
“La transformación en el país debe permitir la igualdad de oportunidades, y el bienestar de la sociedad”.
Éste es un foro, dijo, “para reflexionar sobre cómo podemos servir a nuestros hermanos e igualarlos en derechos esenciales. La indiferencia lleva al enojo social, nadie puede estar por debajo de la línea mínima de bienestar en alimentación, salud, educación, para no tener mexicanos de primera y segunda, eso significa hacer patria”.
Los valores nacionales, agregó, nos protegen al afrontar los grandes desafíos de la nación.
Fue ya la novena edición, cada vez con más ideas y mayor sensibilidad sobre los problemas nacionales, pero también con una dosis desbordada de camaradería e intimidad. Hombres y mujeres brillantes, infatigables, han encontrado en estos galardones la oportunidad para contar anécdotas, repasar su vida con nostalgia y encontrar soluciones, sin perder el espíritu crítico.
Esta vez fueron premiados el astrónomo Manuel Peimbert, en la categoría de Ciencia y Tecnología; la soprano María Katzarava, en Cultura; el biólogo José Sarukhán, en Academia; y el Fondo de Cultura Económica, en Comunicación Pública. El auditorio Jaime Torres Bodet, colmado de creatividad. Ni un hueco ni un vacío…
Ahí estaban, atentos a las proezas en el arte, en aulas, laboratorios y libros, legisladores y políticos como Alfonso Navarrete Prida, titular de Gobernación, y José Narro Robles, secretario de Salud, y quien se ha transformado en emblema de esta entrega desde la primera edición en 2010, cuando aún era rector de la UNAM y resultó premiado. Además, directores y rectores de universidades, institutos y centros de investigación.
Aun en tiempos de cambio, Crónica ratificó su apuesta por los valores y el bien colectivo.
“En cualquier coyuntura, optamos por lo mejor para el país. En Crónica no estamos sujetos a calendarios electorales de ningún tipo, nuestra línea editorial es México. Así ha sido y seguirá siendo. El propósito es mostrar que los grandes mexicanos no habitan en el calendario cívico, sino están aquí, todos los días, dando ejemplo de disciplina, sacrificio y creatividad”, señaló Kahwagi Gastine.
Y vino después el anecdotario, la chispa y esencia de vida de los cuatro galardonados…
Desde Estocolmo, donde se alista para debutar en la ópera Aida, María Katzarava envió un mensaje al próximo gobierno: “Deseo que la cultura sea un rubro que la nueva administración tenga muy presente, que la apoye y valore, que invierta en ella, en lugar de recortar su presupuesto, porque un país sin cultura es un país sin educación, sin raíces ni futuro”. Compartió la experiencia de su fundación, la cual ha buscado rescatar de la violencia a niños y jóvenes guerrerenses de escasos recursos: “A través de la música y las artes, he podido constatar cuántas vidas se han podido salvar en una de las zonas más pobres y marginadas del país, donde el índice de narcotráfico es muy elevado; a partir de música, teatro y danza, los chicos han descubierto que pueden tener un futuro limpio”.
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, laureado en 2017, fue el encargado de compartir su semblanza: “¿Qué tiene que hacer un arqueólogo, que mira hacia el pasado, presentando a una diva, que mira hacia el futuro? No sólo es mi gusto por la ópera y la zarzuela, sino que así como María ha representado en varias ocasiones a Liú, la joven y bella esclava en la ópera Turandot, en 1977 tuve la oportunidad de participar en Bellas Artes como el príncipe persa decapitado al principio de la obra… Con aquella decapitación murió mi interés de participar como extra, después me hablaron mis amigos de Bellas Artes y me dijeron: estuviste muy bien, si tienes interés en seguir saliendo te tenemos una oferta.
“—Claro, ¿ahora en qué voy a salir? —preguntó él.
“—En la ópera Nabucco, de palmera.”
Matos, quien describió la voz de María como aquella “que ha emprendido el vuelo para llegar a contarse entre el coro de los ángeles”, aportó un instante de hilaridad en la sala, pero a la vez ejemplificó la sencillez de estos seres excepcionales.
En esa misma sencillez se cobijó Manuel Peimbert, con sus cielos, estrellas y galaxias. Dedicó el premio a maestros, colegas y alumnos y pidió “considerar a la ciencia como parte fundamental de la cultura, y como un medio necesario para alcanzar un desarrollo justo y armónico de nuestro país”. El físico Gerardo Herrera Corral le entregó diploma de reconocimiento; lo llamó “un astrónomo con vocación humana, que heredó de su bisabuelo: Justo Sierra Méndez (legendario historiador y poeta), una fe en la educación como clave para el progreso individual y colectivo”.
El exrector José Sarukhán, fundador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), se describió como un hombre privilegiado, recordó a sus padres, de origen armenio nacidos en Turquía, y se rindió a los hechizos de su bella mujer. Habló, sí, de su pasión por la biología, pero encontró el aliento para conversar sobre sus amores personales:
“Haber nacido en este país que recibió a mis padres, que huían de genocidio y persecuciones políticas, fue un privilegio. Tenían la intención de saltar hacia Estados Unidos, pero decidieron no hacerlo, y fue lo mejor que me pudo pasar”.
Antes y después de la ceremonia, se mantuvo aferrado a la mano de su esposa. Durante su discurso, había confiado a los camaradas reunidos ahí, los designios del corazón. Y lo hizo entre lágrimas: “Estando en la Universidad, en la Facultad de Ciencias, experimenté uno de los más grandes riesgos profesionales: casarse con una compañera, y se volvió la compañera de toda mi vida, que me ha ayudado y con la que he formado una familia”.
Lo premió el neurofisiólogo Pablo Rudomin, también distinguido en ediciones anteriores… Ambos, se abrazaron en el estrado, conversaron ahí, sin prisas, como socios de vida. Don Pablo, rememoró aquel 1974, cuando conoció a Sarukhán:
“¿De dónde surgió en José ese compromiso con la biodiversidad? No puedo dejar de asociarlo con sus orígenes, marcados por la necesidad de sobrevivir de sus ancestros, entre ellos su madre, sometidos a numerosas discriminaciones, persecuciones y matanzas, al igual que mis ancestros nacidos en Ucrania y Lituania, quienes abandonaron la tierra donde nacieron, con la esperanza de encontrar en otro lugar una vida digna. Y la fortuna los llevó a este país maravilloso”.
Pepe, lo llamaba de repente… “No puedo evitar remontarme a la historia y pensar en los posibles ancestros de mi amigo, me viene a la mente nada menos que nuestro Noé bíblico, ese Noé que por mandato divino construyó su propia Conabio, y el arca destinada a preservar la biodiversidad para salvarla del diluvio universal, no es casualidad que el arca haya terminado de navegar en el monte Ararat, situado en el país de los armenios. Nuestro Sarukhán es el moderno Noé que ha sabido interpretar el mandato social de preservar la biodiversidad”.
José Narro, fiel escudero de los Premios, galardonó esta vez al Fondo de Cultura Económica, “que en mi afición por la cultura y los libros, ha estado presente desde que, 45 años atrás, adquirí, con esfuerzos, la colección de Breviarios que conservo con cariño”, refirió. Subió a recibir la ovación José Carreño Carlón, director del FCE: “El Fondo ha tenido la capacidad de aportar conocimiento e informar el debate público sobre los problemas de cada época. En estos tiempos, tenemos grandes problemas en los que hemos puesto énfasis especial: desigualdad, violencia y destrucción del planeta”.
Los cuatro premiados coincidieron en describir a Crónica como “un periódico siempre cercano a la academia, mucho más que cualquier otro diario del país, de manera consistente e intensa”.
Nueve años se fueron, sin miedos, con diluvios superados. Se marcharon los amigos, arropados por sus familias, otro de los valores enarbolados año con años. Y cada cual con sus motores y sueños…
Manuel Peimbert
La ciencia, fundamental para alcanzar el desarrollo
Manuel Peimbert recibió el Premio Crónica en el rubro de Ciencia y señaló durante la ceremonia de entrega que esta distinción, así como la divulgación cotidiana de la ciencia en las páginas del diario era relevante para crear una opinión pública que, informada, considere a la ciencia parte fundamental de su cultura y del camino para alcanzar un desarrollo nacional armónico.
Para impulsar la ciencia, necesitamos la aprobación de una proporción significativa de la población, una que comprenda que la ciencia es benéfica para el desarrollo de cada nación.
En el auditorio principal del Museo Nacional de Antropología, que lució lleno entre galardonados de años pasados e invitados especiales, Peinmbert Sierra comentó que le honraba la distinción y la recibía a nombre también de quienes han sido sus maestros y quienes han sido sus alumnos en su largo trajinar por la astronomía mexicana, de la que es uno de sus más dignos representantes.
José Carreño
Crónica, diario equilibrado en una sociedad a veces polarizada
"Yo fui colaborador de la Crónica", indicó como inicio de su discurso José Carreño Carlón durante la ceremonia de recepción del Premio Crónica en el rubro de Comunicación Pública entregado ayer al Fondo de Cultura Económica (FCE).
Carreño rememoró que muchos de quienes hoy hacen Crónica fueron colaboradores y aliados en el impulso de un mejor periodismo mexicano, por lo que se sentía especialmente cercano al diario y a su Director General, Jorge Kahwagi. “Va aquí mi agradecimiento como lector a Crónica”, por un diario equilibrado en una sociedad que mucha veces se polariza, indicó.
En su alocución, señaló que por el catálogo del Fondo de Cultura Económica pasaron autores de la talla de Rulfo o Azuela, además de que temas como la desigualdad o la destrucción ecológica han estado presentes permanentemente. La violencia criminal, latente a úlrimas fechas, tampoco ha sido soslayada.
No hay país hispanohablante en el que no aparezca un líder cultural formado por los libros del FCE, señalo y dijo que esta verdad a veces es más reconocida en el exterior que en México.
Agradeció la distinción de que haya sido José Narro quien entregara la escultura y el diploma a una institución que fue producto de mexicanos visionarios. El FCE está compuesto por personal profesional en el campo editorial, de promoción de la lectura, distribución y que ha hecho posible poner en español los títulos de ciencias sociales más relevantes, de los clásicos al pensamiento contemporáneo de vanguardia, de Voltaire a Piquetti.
María Katzarava
El nuevo gobierno debe invertir en la cultura
Un país sin cultura es un país sin futuro, sentenció y dijo que ha podido constatar personalmente las vidas que se salvan si la apuesta es por la educación y la cultura. En Guerrero, recordó Katzarava, una fundación que lleva su nombre libró a muchos jóvenes del círculo vicioso que representa la vida en el narco en ese estado. Esos muchachos han descubierto que se puede salir adelante, viajar y apostar por una vida ajena a lo que el narco ofrece.
“Ese es mi mejor pago, invito a todos los mexicanos a que le demos a la cultura el valor que merece”, añadió.
Dedico el Premio Crónica 2018 a la cultura de nuestro país “de la que yo soy una heredera”. La cantante de ópera galardonada por nuestro diario indicó en una grabación remitida a la ceremonia de premiación que “estoy en pensamiento y en corazón con ustedes” e indicó que su ausencia se debía a que tenía que cumplir en la Opera Real de Estocolmo, donde interpretará la obra Aida.
“Yo invito a todos los mexicanos que apoyemos a la cultura”, finalizó, “que nuestra cultura se reinvindique en nuestro propio territorio. Que este Premio no sólo sea una nota en mi currículum, sino una muestra para que toda niña, toda joven y toda mujer sepan que se puede ser una creadora”.
José Sarukhán
Un privilegio nacer en México y haber estudiado en la UNAM
José Sarukhán, Premio Crónica 2018 en el rubro de Academia, agradeció a Jorge Kahwagi Gastine el apoyo a la vida universitaria, científica y académica realizado en nuestro diario de manera permanente e intensa.
“Es un privilegio más que se suma a los que la vida me ha deparado”, señaló al recibir el Premio.
Recordó la llegada de la familia Sarukhán a México, la generosidad de nuestro país con los migrantes que, como sus padres, debieron huir de persecuciones. Para mí, dijo, fue un gran privilegio que optaran por quedarse en esta tierra y no continuar su peregrinar a los Estados Unidos. Un privilegio más, señaló, fue participar en la Universidad Nacional, primero como alumno, después como docente y como su rector. Recordó su vida universitaria y “el riesgo” de casarse con una compañera universitaria con la que formó una familia hermosa de la que sigue orgulloso.
Una carretada de aplausos salió del público cuando José Sarukhán, emocionado, aludió a esa vida en nuestra casa de estudios, a las puertas que le abrió y a la posibilidad de tener alumnos inteligentes y dedicados. “Esta ha sido una vida de privilegios, agradezco estar rodeado de amigos”.
Nuevo Noé, le llamaron a Sarukhán durante la ceremonia por su labor para salvar la biodiversidad del planeta.
José Narro Robles
Celebro que Crónica premie a científicos y académicos
Para el titular de la Secretaría de Salud, José Narro Robles, fue un motivo de orgullo tener la oportunidad de participar en la novena edición de los Premios Crónica 2018. Porque Creemos en México.
Es un honor, dijo, poder estar aquí una vez más, “es la novena oportunidad en la que estoy aquí, me ha tocado estar en todas y una vez más constato la calidad de los premiados y el enorme orgullo de poder encontrar científicos, académicos”, personas de gran valía, figuras del arte, la cultura e instituciones maravillosas.
“El periódico Crónica ha hecho un gran esfuerzo a lo largo de estos años con un premio que se ha venido posicionando, que ha ganado reputación, conocimiento y reconocimiento; se sabe más de él y se le valora mucho más”.
En este sentido, aplaudió el gran esfuerzo que ha hecho, dijo, el presidente y director de La Crónica de Hoy, Jorge Kahwagi. “Es extraordinario y yo celebro que en cada uno de los más de ocho mil ejemplares que ha tenido a lo largo de la historia del periódico, La Crónica tenga en sus páginas, invariablemente, una nota sobre la vida académica, sobre la ciencia, sobre la cultura; una nota de aliento sobre la grandeza de México.
“Ya lo dijo don Jorge hace unos momentos: México es un gran país, es un país de instituciones; no hay muchos países, no lo hay en este Continente y en el mundo, que se puedan preciar como el nuestro de tener instituciones más que centenarias, que cuente con instituciones de servicio, son instituciones de ciencia, de cultura, de educación y de apoyo a la sociedad, que permitan, en su conjunto, tener un México mejor”.
Adolfo Martínez Palomo
Esencial, mantener puente entre sociedad y ciencia
El médico mexicano Adolfo Martínez Palomo, Premio Nacional de Ciencias 1986 y Premio Crónica 2010 y articulista de este diario estuvo presente en la entrega del Premio Crónica 2018 y celebró que durante más de dos décadas se haya mantenido el interés de este medio de comunicación en la investigación científica.
“Es absolutamente esencial construir el puente entre la sociedad y la investigación científica y Crónica lo ha hecho. Lo hemos impulsado desde varios frentes y, semana tras semana, mes tras mes, se pueden leer opiniones, artículos y entrevistas de científicos mexicanos en Crónica. Éste es el único medio que durante más de 20 años ha mantenido esta trayectoria. Es importante, porque no sólo se da a conocer lo que logran los científicos, sino que los presenta como seres humanos de carne y hueso, con sus complicaciones y sus dificultades. Entonces, lo que se ha hecho hasta ahora es importante, pero también Crónica tiene un compromiso muy grande de cara al futuro para mantener el nivel de publicaciones que ha tenido hasta ahora y que deseamos que se mantenga”, indicó el médico mexicano.
Rafael Navarro González
Gran virtud, el mostrar las grandes acciones por México
El doctor Rafael Navarro González señaló que una de las grandes virtudes del Premio Crónica es que no sólo distingue a científicos, artistas e instituciones por sus valores, sino que también es una forma de mostrar las grandes acciones que por México realizan sus ciudadanos.
Al terminar la entrega del galardón en su novena edición, el investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y quien colabora con la NASA en la búsqueda de vida en Marte, dijo estar contento de asistir a esta entrega del Premio Crónica a personas tan talentosas como Manuel Peimbert, José Sarukhán, María Katzarava y el Fondo de Cultura Económica.
Navarro González también es ganador del Premio Crónica y por ello dijo que envía una felicitación a todos los ganadores, al presidente y director general de la Crónica, Jorge Kahwagi Gastine, por su gran labor, y al Comité Editorial, que ya casi cumple una década, al promover los valores de México.