Una mesa, dos o tres personas y una urna. Así son las mesas para la consulta sobre el futuro del aeropuerto de Ciudad de México que ha comenzado este jueves y que terminará hasta el domingo. Los centros de votación han sido instalados en las calles de 538 municipios de todo el país donde la gente hace filas para participar. El control sobre el proceso es mínimo. Los voluntarios apuntan los datos de los participantes en cuadernos o teléfonos móviles, y no existen restricciones sobre los lugares donde los mexicanos pueden emitir su opinión sobre si seguir con la construcción del aeródromo en Texcoco o comenzar uno nuevo en la base aérea de Santa Lucía.
En el Zócalo de Ciudad de México, una fila de 40 personas espera su turno para participar en el improvisado plebiscito. Margarita Garatachea, de 64 años, ha ido hasta allí porque cerca de su casa, en la delegación Miguel Hidalgo, no había una mesa de votación. “En internet no funcionaba la página y escuché en la radio que aquí había un lugar para votar”, cuenta. “Quiero votar para que no digan que la gente no participa y para que el señor López Obrador no decida por mí”. Garatachea ha mostrado su credencial para votar y ante los ojos de todos en la mesa de votación ha elegido seguir con los trabajos de construcción en Texcoco. En la consulta, a diferencia de como sucede en las elecciones, no hay un sitio en privado para tachar la boleta.
Los dedos de los participantes han sido marcados con violeta de genciana, un químico usado generalmente como antiséptico para heridas, que puede incluso eliminarse con disolventes. En la Alameda Central, Jaime Lozano, de 65 años, se ha acercado a la mesa de la consulta para dar su visto bueno a la propuesta de Santa Lucía. “El aeropuerto de Texcoco es un robo tremendo que enriquece a unos cuantos y que es muy irresponsable”, comenta. La construcción del aeropuerto, que comenzó en 2015, ha avanzado un 31%. Lozano también apunta a que su voto es en favor de proteger el medio ambiente en el municipio donde se realizan las obras. En su mesa de votación, solo en las primeras tres horas, unas 300 personas ya habían tachado una papeleta.
López Obrador ha acudido a una mesa de votación en la delegación Tlalpan durante la mañana y ha dejado en blanco la boleta que introdujo a la urna. “¿Quieren saber por quién vote?, preguntó a los periodistas. “Por la democracia”, contestó inmediatamente. Unas horas antes del comienzo de la consulta, su equipo ha defendido el proyecto de Santa Lucía, con un estudio que respalda la viabilidad del proyecto alterno. El presidente electo ha asegurado que el domingo por la noche dará a conocer el resultado de la consulta, e incluso ha dicho que informará a los empresarios mexicanos antes que a nadie sobre la decisión final. Las patronales han rechazado en los últimos días el plebiscito debido a que el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha optado por hacerlo informalmente y sin seguir la metodología que marca la Constitución mexicana para la consulta popular.
En un pasillo del metro Insurgentes la mesa de votación ha sido instalada a pesar de que la policía no lo había autorizado. El paso de peatones es intenso y una fila de 20 personas aguarda su turno para participar en el plebiscito. “Es importante que se construya el aeropuerto. Yo apoyo el proyecto de Texcoco siempre y cuando se vigilen los presupuestos para construirlo”, comenta Genaro Rebolledo, de 45 años, que se ha detenido en su ruta al trabajo para votar. Los voluntarios explican que cualquier persona con una credencial para votar vigente puede hacerlo, aunque su domicilio esté en otro lugar lejos de allí. En redes sociales, algunos usuarios han comprobado que es posible participar más de una vez en la consulta sobre el aeropuerto, dado que no existe un registro oficial sobre quien ha participado y la tinta en el pulgar se borra con facilidad.