El proyecto estrella del presidente electo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, el Tren Maya, una obra pública de 1.500 kilómetros que recorrerá el sureste del país, seguirá adelante al lograr el 89,9% de los votos, según los datos conocidos este lunes.
Durante una consulta ciudadana, organizada y pagada por legisladores de su partido, López Obrador volvió a darse la razón a sí mismo y sale victorioso al someter a consulta pública una de sus principales propuestas de campaña, llamada a revolucionar la península de Yucatán gracias el turismo. Más de 900.000 personas participaron en la consulta celebrada al margen de las instituciones y sin presencia de observadores internacionales.
Junto al Tren Maya, el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que tomará posesión del cargo el sábado, sometió a consulta la construcción de una nueva refinería, siete programas sociales y una iniciativa para reactivar el comercio del istmo de Tehuantepec (Oaxaca).
Según se ha anunciado este lunes, el costo de la consulta fue de 2.400.000 pesos (116.000 dólares), según el vocero de López Obrador, un precio superior a los 1.800.000 pesos anunciados el viernes por el propio Ramírez. Un desvío en el cálculo de 600.000, aunque sobre este asunto no se dieron explicaciones.
Hasta hoy se desconoce el diseño detallado o si existe un proyecto de impacto ambiental del Tren Maya, una obra de infraestructura de 1.500 kilómetros que López Obrador ha prometido construir sin derribar un solo árbol en una zona de densa vegetación. El ferrocarril tendrá 12 paradas que conectará la zona arqueológica de Palenque (Chiapas) con Cancún (Quintana Roo) haciendo escala en cinco Estados. El costo del proyecto será de 150.000 millones de pesos (unos 7.500 millones de dólares).
En la boleta con diez preguntas, entre las que estaba incluida la del tren, había otras como: “¿Está de acuerdo en la atención médica y medicinas para personas de bajos ingresos", que logró el respaldo del 95,1% de los votos. Algo peor le fue a la pregunta: “¿Está de acuerdo en ampliar la cobertura de Internet gratuito en espacios y edificios públicos?” que logró el 91,6% de los votos.
En la consulta, que duró todo el fin de semana, también se preguntó sobre becar a estudiantes de nivel medio superior o pensionar a un millón de personas con alguna discapacidad, que obtuvieron similar respaldo. A cargo del conteo de votos estuvo la Fundación Rosenblueth, la misma que se encargó de organizar el ejercicio que sepultó el aeropuerto de Peña Nieto, valorado en 13.500 millones de dólares, con el voto de 748.000 personas, el 1% de la lista nominal del padrón.
El futuro Gobierno de López Obrador (2018-2024) defendió la importancia de la encuesta por la confianza que la población ha depositado en el mandatario y su equipo. “Las expectativas sobre el cambio son muy altas”, dijo Jesús Ramírez. El portavoz del presidente electo se esforzó en detallar la fiabilidad de la consulta que, dijo, “llegó al 100%”, con los “candados” incorporados.
Las polémicas consultas de López Obrador puestas en marcha para autoaprobar promesas de campaña, forman parte del nuevo modelo de democracia participativa (la de las urnas) frente a la representativa (la de las instituciones) que el líder de la izquierda ha prometido trasladar “al pueblo” una vez que llegue al poder. Hasta ahora los diputados han financiado las consultas, pero aseguran que será la última celebrada al margen del órgano electoral.