tenemos dinero y queremos negociar bien
Tenemos dinero y queremos negociar bien. No queremos dar ninguna señal de que habrá incumplimiento de ninguno de los contratos (del aeropuerto de Texcoco)
, sostuvo Gerardo Ferrando Bravo, director del Grupo Aeroportuario de Ciudad de México (GACM), luego de que ayer el gobierno mexicano lanzó una oferta en Nueva York para recomprar bonos por mil 800 millones de dólares, menos de la tercera parte por 6 mil millones que se lanzaron para financiar la obra.
Se trata de una oferta amigable
para reafirmar que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador cumplirá todos los compromisos con inversionistas y constructores, dijo en una entrevista radiofónica.
Manifestó que este mes continuarán los trabajos para concluir las plataformas de lo que habrían sido el centro de transporte y el edificio terminal del aeropuerto, así como un muro perimetral, con el fin de preservarlas para el uso que se les dé posteriormente.
También en declaraciones a un noticiario de radio, el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, aseguró que el mercado aceptó la transacción de bonos.
Esto, al ejemplificar que el bono que vencerá en 2026 subió de precio y ayer se cotizaba a 88.97 dólares, frente al ofrecimiento del gobierno mexicano de 90 centavos y hasta un dólar.
Sostuvo que también se negociará con los inversionistas de la Fibra E, colocada en la Bolsa Mexicana de Valores, pero después de las transacciones en Nueva York.
La Fibra E es lo que técnicamente se conoce como una operación subordinada del bono, es decir, que primero tiene que ir el bono y después la fibra. Esa es exactamente la secuencia en que estamos negociando, porque hay una prelación (orden)
, explicó.
Indicó que cuatro Administradoras de Fondos para el Retiro concentran 90 por ciento de mil 600 millones de dólares invertidos en la Fibra E. El restante proviene de extranjeros, mientras en los bonos la proporción es a la inversa.
Si bien Herrera no descartó que se presenten demandas de inversionistas, ponderó que la decisión de lanzar la oferta de recompra en Nueva York en el primer día hábil del gobierno de López Obrador fue planeada cuidadosamente para evitar a que inversionistas más agresivos, como los que manejaron los llamados fondos buitre, se apoderaran de más bonos del NAIM, que en su mayoría siguen en manos de inversionistas conservadores.