A la SCJN y al Consejo de la Judicatura se les ha comparado con cárteles delincuenciales y se les ha acusado de fraguar un golpe de Estado.
El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió al pueblo acabar con protestas y actos violentos contra ministros o jueces.
El jueves, durante el cuarto informe de Luis María Aguilar como presidente de la Suprema Corte, un grupo de personas reprochó a las afueras del recinto por los salarios excesivos en el Poder Judicial. Lo hizo lanzando botellas y otros objetos a vehículos en los cuales, se pensaba, iban los ministros.
Por redes sociales se ha convocado a realizar manifestaciones en los próximos días por la suspensión de la Ley de Remuneraciones, otorgada por el ministro Alberto Pérez Dayán. “No dejemos sólo a AMLO”, es uno de los lemas a favor de quien ha ventilado sueldos de hasta 600 mil pesos mensuales.
A la SCJN y al Consejo de la Judicatura se les ha comparado con cárteles delincuenciales y se les ha acusado de fraguar un golpe de Estado.
“Sostengo lo que he dicho siempre: nada por la fuerza. No a la violencia. Que podamos tener diferencias y dirimirlas de manera pacífica con respeto a nuestros adversarios. Que no se agreda a nadie, que no se humille a nadie”, fue el mensaje del mandatario.
“A mí no me gustan esas protestas violentas. Siempre hemos protestado de manera pacífica y somos partidarios de la no violencia. No es el camino. Para este diferendo sobre los sueldos, hay instancias, que sean ellas las que resuelvan”.
RED TELEFÓNICA SECRETA. Tras acudir al informe de Aguilar, AMLO calificó su relación con el PJ como “buena, porque es mi convicción respetar la independencia y división de los poderes, no tengo ningún problema, creo en el equilibrio, que ya no exista el poder de poderes. Si trabajamos de manera conjunta, habrá un gran cambio”.
Desde el Porfiriato y hasta la administración anterior, “le daban la razón al presidente antes de que abriera la boca, los otros eran poderes subordinados”.
Se llegó al extremo, ejemplificó, de conformar una red telefónica en la cual el presidente de la Corte recibía llamadas del Jefe del Ejecutivo, “siendo un poder autónomo e independiente… Hoy, no vamos a coincidir en todo, pero podemos dirimir nuestras diferencias con urbanidad política”.