La lista ya circula al interior de la institución y crea desconfianza que sea pesonal de base el que los sustituya
Recorte en el SAT alcanzará a cien calificados directivos | La Crónica de Hoy

Una lista está circulando en el Sistema de Administración Tributaria: cien puestos directivos que el organismo recaudador debe dar de baja como principal medio para adelgazar la estructura. Ya se tomó una decisión, factores como la ausencia de preparación académica acorde al puesto desempeñado u otras deficiencias en el perfil del funcionario son una pauta para elegir a quienes dejarán el servicio público.

En el interior del SAT hay oposición a la medida, desconfían en que una plantilla reducida, basada en personal que muchas veces ya trabajaba en el SAT antes de que éste iniciara una gran reingeniería, pueda absorber el trabajo de los directivos que se van.

 

Pero la suerte ya está echada, el Presupuesto contempla ese ajuste y no hay manera de evitar la salida de personal. Lo que intentan, según fuentes consultadas por Crónica, es hacer una buena selección que aminore el impacto.

El personal llamado “de base”, funcionarios públicos basificados hace años, que muchas veces no cumplen con todas las funciones que formalmente les corresponden, son justamente una de las causas por las que el gobierno federal recurre a personal de contrato por tiempo o proyecto, reclutado con sueldos homologados a los de los funcionarios, pero sin muchas de aquellas prestaciones extras para el trabajador gubernamental, como seguros de gastos médicos o caja de ahorro para caso de despido o separación del cargo.

El personal de base es muchas veces calificado como el menos propenso a mejoras en la gestión gubernamental y actúan muchas veces bajo la inercia de muchos años de hacer lo mismo mucho tiempo.

No son expertos. El personal de base lleva muchas veces contabilidad, pero esos trabajos son sujetos a revisión de contadores experimentados en puestos directivos en los que recae la responsabilidad de que el trabajo se traduzca en una recaudación adecuada o incluso evitar que los contribuyentes, apoyados en despachos contables igualmente experimentados, eludan el pago de impuestos a través de dudosas interpretaciones de la reglamentación fiscal.

Ayer, otra parte de este adelgazamiento, extrabajadores del SAT que salieron una vez que se acabó el sexenio pasado, se plantaron ayer frente a Palacio Nacional para una nueva protesta. Mientras se realizaba la conferencia matutina de AMLO, expresaban su inconformidad tras ser despedidos en diversos estados del país.

Los manifestantes, a través de pancartas y gritos consideraron que su despido fue injustificado y exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que cumpla lo prometido en campaña sobre que no habría despidos en la administración pública.

Querían que AMLO les viera cuando ingresara al Palacio Nacional para dar su conferencia matutina, pero no tuvieron éxito, ya que el Presidente ingresó por una de las puertas laterales del recinto.

En tanto, apenas unas horas después, Irma Eréndira Sandoval, titular de Función Pública, señaló que los ahorros gubernamentales se están basando en eliminación de prestaciones, como los seguros de gastos médicos mayores o la reducción de sueldos a la alta burocracia, pero no se han dado a partir de una reducción de plazas. “La directriz del Presidente López Obrador todo mundo la sabe, no es normal pisotear derechos, ni afectar a los servidores públicos que tienen su carrera hecha en la entrega a la función pública, entonces no sé están tocando plazas, ni de base ni plazas que constituyen la estructura básica de nuestra administración pública”, señaló.

En tanto, la lista de cien bajas está ya sobre la mesa. De entre los mejores revisores del SAT, sus mejores dientes, se darán las bajas para cumplir con la austeridad republicana.