Narra el exalcalde Jesús González Otero cómo vivió el proceso de acusación y encarcelamiento
En mayo de 2018, en medio de un operativo de seguridad, el personal de la Cárcel Distrital de Cuautla efectuó el traslado de uno de sus internos al Hospital General de Cuautla. Para entonces, ese hombre llevaba más de un año recluido en una celda de uno sesenta por uno ochenta, algo que fue en detrimento de su salud.
Para Jesús González Otero, se trató del peor momento que vivió durante los 17 meses que estuvo privado de su libertad.
"Es algo que no le deseo a nadie", dice ahora el expresidente municipal, sentado en una de las sillas del pequeño restaurante que administra junto con su esposa, mientras una pareja toma el desayuno.
"Fui un perseguido político"
Al poco tiempo de concluir su periodo como alcalde de una de las ciudades más importantes del estado (2013-2015), Jesús González Otero fue acusado de peculado agravado y ejercicio indebido del servicio público por la Fiscalía Estatal Anticorrupción, denuncia que fue ratificada en el gobierno de su sucesor, Raúl Tadeo Nava. Al exalcalde se le acusaba de haber desviado recursos destinados a la ejecución de obras públicas, por más que él y sus abogados atribuyeron la denuncia a una orden directa de Graco Ramírez, entonces gobernador del estado.
"A mí me tocó caer de la gracia de Graco Ramírez y su familia. El no prestarme a corruptelas por parte de ellos ni hincarme a besar sus pies hizo que (la denuncia) se fuera gestando, así como mi cercanía en ese tiempo con Fidel Demédicis (rival del ex gobernador). Eso hizo que fuera un candidato idóneo a ser perseguido político, al igual que lo fue mucha gente en ese gobierno, pero aquí estamos, la vida sigue", expresó el exfuncionario.
Los juicios en contra de González Otero concluyeron poco tiempo después de las elecciones del 1 de julio y el aplastante resultado que le arrebató a Rodrigo Gayosso Cepeda, hijastro del ex gobernador, la posibilidad de que la familia continuara en el poder. Hacia el final del proceso, los titulares de la fiscalía anticorrupción y de la Fiscalía General desatendieron los llamados que hizo el Tribunal para que acudieran a declarar, hecho que fue interpretado como un abierto desinterés a ratificar las acusaciones y que hizo posible que el ex alcalde recuperara la libertad.
¿El que a hierro mata, a hierro muere?
Cuatro meses después, el proceso que vivió González Otero podría volver a repetirse, sólo que esta vez en la persona de Tadeo Nava, quien también fue acusado de peculado, ahora por el sindicato de empleados al servicio del Ayuntamiento. En la tranquilidad de su asiento, Otero, que acaba de cumplir 55 años de edad, insiste en que él no le desea a nadie lo que vivió mientras estuvo detenido, pero confía en que la justicia seguirá su curso.
Él tendrá que pagar por todas las cosas que hizo, por todas las cosas que se comprometió a hacer y que no cumplió
González Otero.